Chapter Seventy-Eight

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La verdad detrás del crimen de doce años revelada.

Un hombre aprisionado libre.

Un hombre libre aprisionado.

Un ataque de hombre lobo.

Una reunión.

Una alianza formada entre dioses.

Una boda.

Y una tremenda historia que contar.

Esos fueron los sucesos de la noche, pero lo más importante resaltó para Milo cuando la noche terminaba. No podía creer lo que estaba sucediendo a su alrededor porque no habían formado parte de ello. Mientras estuvieron con los dioses y diosas, parecía que sus vidas habían estado en auto-piloto. Los eventos continuaron aunque no estuvieran conscientes para ello. Los dioses y diosas controlaron todo lo que ocurrió en su ausencia, haciendo que regresaran cuando todo fue solucionado.

Elspeth había recibido el honor de haber traído a una persona acusada a la justicia sin ayuda. Llevó a Peter directamente ante Fudge y el mago no tenía forma de escapar, estando desarmado. Tampoco podía moverse, porque su mitad inferior estaba, efectivamente, paralizada, aplastada durante todo el caos. Fue en ese momento que sabía que había sido atrapado, no podía huir más, no podía escapar, había terminado. Después de doce años, todo había terminado; el telón había bajado. Confesó ahí mismo, y no tuvo problema en confesar sus crímenes una vez más frente al mismísimo Ministro.

Esperaba encontrar alguna paz por lo que había hecho en su confesión. Después de todo, a pesar de todo lo que les hizo pasar a Harry y a Milo, aún desearon salvar su vida. Milo casi perdió su vida intentando protegerlo de Remus y se dio cuenta de que los dos chicos no temían en ponerse en peligro por aquellos que amaban. Debía tomarlos como ejemplo, y se encontró en custodia de los aurores cuando Elspeth lo entregó.

Era extraño porque ni Elspeth ni ningún otro mostró señal de emoción hasta que Fudge y Dumbledore estuvieron presentes frente a ellos. De repente, estuvieron reaccionando a todo lo que ocurrió esa noche. Parecían estar en gran shock, y Elspeth lucía como si no supiera por qué su jefe le estrechaba la mano y por qué los otros aurores la felicitaban. Minerva y Pomona estaban sin palabras, intercambiando miradas silenciosamente entre ellas en la Entrada.

Sirius había demandado por su disculpa y el Ministerio podía apostar que pasaría por un infierno intentando compensarle al hombre por lo que tuvo que pasar. Sin embargo, aunque Fudge y Dumbledore ofrecieron sus más sinceras disculpas, Milo no les creía, al menos no a Dumbledore. Había algo en la falta de sonrisa y alivio en su rostro que inquietaba a Milo.

Sin embargo, Dumbledore pareció darse cuenta del hecho que el chico lo estaba observando antes de hiciera que el resto notara el cuello de Milo y su estado cubierto de sangre. Insistió en que Milo fuera a la Enfermería donde Ron, Harry, Hermione y Cedric ya estaban con un gran cuento que decirle.

PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora