Chapter Sixty-Seven

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Milo podía recordar los exámenes del profesor Kettleburn, cómo muchos hablaban de lo difíciles que eran, y había podido experimentarlo cuando el alocado hombre enseñaba. Sin embargo, si los exámenes de Hagrid continuaban siendo como los que realizó esa tarde, pasarían a la historia como los más sencillos de ganar. Debido a su depresión por la cercana fecha de la apelación de Buckbeak, Hagrid tenía poco dentro de sí para que preocuparse por sus exámenes.

Ese examen, como los otros excepto los que tomaban sus TIMOS y EXTASIS, recibieron la tarea de cuidar de un cubo de gusarajos. Si sus gusarajos vivían al finalizar la hora, pasarían con nota perfecta. Lo divertido, pero no tan divertido, era el hecho de que a los gusarajos les iba mejor cuando se los dejaba solos. Así que, por una hora, los estudiantes se quedaron ahí, sin embargo, aunque muchos estudiantes estaban contentos, Milo necesitaba hablar con Hagrid.

Sabía que Hagrid tenía mucha más pasión por la materia que lo que se permitía demostrar en esos momentos, pero su preocupación estaba en Buckbeak. Habló sobre cómo el hipogrifo se estaba deprimiendo por no poder moverse libremente y lo mucho que extrañaba a su manada. Milo también se sentía mal por la criatura y cuando le escribió a Newt sobre la fecha de apelación, recibió una pronta respuesta, pero no era lo que el chico quería escuchar o leer.

Desafortunadamente, las manos de Newt estaban atadas y no tenía el poder de influenciar fuera del comité. Era Lucius Malfoy el que atemorizó a todos en rendirse y dar una solución diferente de la que probablemente habría tenido el caso. Newt no podía pelear eso, no iban a dejar que lo hiciera y, seguramente, si se aparecía para interferir en el Ministerio se tomaría como obstrucción a la justicia. Newt había causado problemas en el pasado, con el Ministerio y gobiernos extranjeros, así que sería lo mejor que dejara sus manos limpias. Pero sí le aconsejó a Milo acudir a Dumbledore y ver si el hombre podía ofrecer alguna ayuda.

Era la primera vez que Milo bufaba a algo que su héroe le había dicho. Dumbledore tenía una inmensa influencia en el mundo mágico, y los demás rápidamente acudían a su ayuda, y aun así, Dumbledore no iba a ayudar. No interferiría con ello si no le beneficiaba de alguna forma. Era demasiada mala suerte que Buckbeak no tuviera gran valor para el hombre, aún si significaba el mundo para Hagrid.

—Hagrid, escúchame —Milo llevó al hombre a un lado, dejando que su gusarajo se quedara por ahí—, necesitas decirle a Dumbledore que mueva algunos hilos, ¡tienes que decirle que te debe este favor!

—Dumbledore ha sido genial durante todo esto, Milo, en serio —le aseguró Hagrid, quitándole importancia a lo que el chico intentaba que realizara. Por lo mucho que Hagrid hacía por el hombre y sin cuestionar nada, merecía que alguien lo ayudara. Pero todos parecían estar tan metidos en el trasero de Dumbledore que no podían ver la influencia que el hombre decidía no usar para ayudar a otros.

PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora