Chapter Sixty-Three

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Milo y Cedric se quedaron sin habla, y ambos se separaron, creando tanta distancia como pudieron en el pequeño espacio. Paden rápidamente se enterró debajo de las cobijas de Milo, sintiendo vergüenza ajena más fuerte que cualquier fuerza mágica que pudiera ser producida en el mundo mágico. Harry aún no había dicho nada, parecía que había caído en un estado de shock, y Cedric se veía enfermo. Sin embargo, Milo no sabía si estaba mortificado o aliviado. Había querido informarle a Harry de la verdad por un tiempo, pero nunca pudo pensar en un momento apropiado para ello, después de todo, nunca supo cuál sería la reacción de Harry al respecto.

En cuanto más gente supiera, menos sería un secreto y Milo no tendría que seguir ocultándolo y tampoco Cedric. Por supuesto, era Cedric el que quería que los anuncios fueran de a poco, ¿pero por cuánto tiempo podrían mantenerlo con más y más gente enterándose? Milo no creía que fuera por mucho, y no había forma de saber cómo iba a reaccionar Harry y qué iba a hacer con esa información. La temerosa expresión de Cedric daba a entender que cada horrible escenario posible estaba pasando por su cabeza, haciendo que Milo se girara de vuelta a su hermano. Era momento de ser honesto y enfrentar las consecuencias.

—Pe-pe-perdón —tartamudeó Harry antes de que Milo pudiera decir algo—. ¡No quise interrumpir!

El chico tenía el rostro rojo, sus gafas se deslizaron por su nariz y ni se molestó en acomodarlas antes de girarse para apurarse fuera de la habitación. Pero no salió muy bien para Harry, porque chocó, nariz primero, en el marco de la puerta. Cedric y Milo se encogieron al escuchar su grito de dolor, y el chico puso ambas manos en su rostro mientras la sensación de quemadura causaba que sus ojos se aguaran. Milo rápidamente se acercó y guió a Harry hacia la cama para que se sentara y así examinar la nariz de su hermano, para asegurarse de que no estaba rota.

Por fortuna, el chico no estaba sangrando y su nariz solo se veía un poco roja.

—Estará bien —le dijo Milo—, un poco hinchada por lo que parece, pero no hay nada roto, y no estás sangrando, lo que es bueno.

—Lo-lo siento —le susurró Harry cuando los hermanos hicieron contacto visual—. Debí haber esperado en la sala común...

—Harry, por favor —lo cortó Milo—, no tienes que disculparte por esto.

Se quedaron en silencio por un momento, mientras Harry veía de Milo a Cedric, quien parecía esconderse en la esquina de la habitación, sin atreverse a ver a ninguno de los dos por el momento. Después de unos segundos, se giró para ver a Milo de nuevo, aclarándose la garganta.

—Así que, ustedes dos...

Parecía que Harry no conocía qué terminología utilizar en ese momento, tropezando con varias palabras en su mente, pero continuó sacudiendo la cabeza para rechazarlas. Eventualmente, solo se lo ocurrió una final y directa respuesta.

PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora