PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]

Chapter Thirty-Nine

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En lugar de reunirse de una vez con sus amigos en Hogsmeade, Milo decidió que el mejor momento para entrar al Bosque Prohibido sería cuando no tuviera ninguna distracción cerca. Sabía que Paden estaba a salvo con Cedric, Heidi y Max, probablemente disfrutando de un vaso de cerveza de mantequilla, lo que liberaba a Milo de cualquier otra responsabilidad que no fuera él mismo. Harry también estaba siendo cuidado al tener el mapa, y Milo esperaba que el chico se lo quedara para sí en lugar de buscar problemas, pero eso era pedir mucho, sobre todo a su hermano menor. Pero Milo tenía toda la fe en el mundo en que Harry mientras cruzaba por uno los pasadizos secretos que abrían cerca de la entrada al Bosque Prohibido.

Se aseguró de agacharse, mientras se mantenía alerta por los dementores, Milo rápidamente fue hacia el borde del bosque y se sumergió en la oscuridad porque, incluso en las frías y duras noches, y nieve, muchos de los árboles mantenían su viva apariencia. Se volvía más oscuro en cuanto más entraba, haciendo que sacara su varita de una vez para no tropezar con ninguna raíz. Mientras caminaba con cautela, Milo rezó no encontrarse con Sirius de una vez porque aunque necesitaba hablar con él, también tenía que recoger el rocío. Los gemelos y Lee contaban en él para conseguir el ingredientes, al estar ellos a cargo de hacer la poción, y Milo debía cumplir con ello.

Aun así, los pensamientos de Milo regresaron a lo que Sirius había dicho sobre su intento de entrar a la Sala Común de Gryffindor. Mencionó que había alguien ahí, ¿pero quién? Normalmente hablaba de Harry y Silas llamándolos por su nombre, así que no tenía sentido el por qué no mencionaba a la persona de la que hablaba. ¿Por qué era tan vago en sus respuestas?

—No, Milo, concéntrate —murmuró para sí, continuando con su camino. Ya había tropezado varias veces con algo en el suelo del bosque. El chico casi cayó dos veces, pero se las arregló para recuperar el equilibrio, intentando recordar el camino específico para llegar a los tulipanes negros.

Al llegar a un escenario no familiar, Milo se mordió el labio inferior y rascó su cabeza.

—¿Se suponía que debía girar a la izquierda ahí?

—A la derecha, de hecho —una voz dijo, y Milo gritó en pánico.

Con un giro se dio la vuelta, la varita del chico estaba en frente suyo iluminando la escena para ver a Newt Scamander caminando hacia él. El hombre mayor estaba escalando sobre el masivo tronco de un árbol muerto que tuvo que haber caído por las recientes tormentas. El corazón de Milo corría al equivalente de velocidad en la que las alas de un colibrí aleteaban, parcialmente por haber sido sorprendido y el resto debido al hecho de que estaba en presencia de su ídolo nuevamente.

—Señor S-S-Scamander —tartamudeó—, ¿qué hace aquí?

A Milo realmente no le importaba cuáles eran sus razones, estaba extremadamente feliz de estar en compañía del hombre una vez más, pero tenía curiosidad, porque no esperó que visitaría tan pronto.