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Milo no estaba seguro de si había tomado la decisión correcta al ignorar el pedido de Cedric de hablar con él. No era como que quisiera continuar ignorándolo, pero si Cedric tenía planes de que regresaran a los viejos hábitos, Milo no podía decir que quisiera formar parte de ello. Aunque si Cedric iba a informarle algunas buenas noticias, bueno, lo había arruinado por completo al dejarlo plantado en la Sala Común. Al menos, Milo podía decir que las flores que Newt Scamander le ayudó a recoger estaban recibiendo agua y vivirían por mucho más de lo que Milo tenía la intención al principio.
Iba a hacer su mejor esfuerzo para evitar a Cedric la mañana siguiente, porque no quería enfrentarse a la ira del chico en lo absoluto, o ver cualquier indicio de decepción en el rostro de Cedric. Le haría sentir culpable cuando dentro de sí, Milo estaba seguro de que hizo lo correcto. De alguna forma, Milo tenía ventaja, la suficiente de que honestamente, no le importaba lo que gente fuera de sus seres queridos pensaran de él. Y si no lo respetaban, a él no le importaría, o al menos intentaría que no fuera así. Se trataba de darse el mismo amor y cuidado que le daba a otros. Sin embargo, aunque no quería considerar a Cedric un cobarde por lo que hizo y no hizo, Milo sabía que por el momento estaban en el mismo nivel.
A Cedric le preocupaban sus padres y lo que otros pensaran sobre él y su relación. Hasta personas a las que no conocía y que no lo conocían, Cedric temía de su reacción. Milo no lo culpaba, pero no vivía en ese sentido y sería difícil estar en cualquier tipo de relación, en especial al inicio. Se suponía que era su primera relación, eran jóvenes, y ya estaban frente a varios elementos difíciles que la mayoría de adultos no se encontraban en toda su vida de relaciones. Milo quería más en su vida que secretos y dolor, las personas lo habían agotado tanto por tanto tiempo sin quererlo siquiera, y no quería seguir permitiendo eso.
Sabía que Cedric tendría apoyo cuando o si llegaba el momento, sin importar cómo reaccionaran sus padres. Pero Milo debía preguntarse, ¿sería suficiente para Cedric? El chico parecía determinado en la idea de tener el apoyo de sus padres, que debían ser parte de su vida, y eso hacía que Milo se preguntara si los Diggory regresarían tal dedicación y lealtad a su hijo. ¿Cambiarían y se estresarían mentalmente intentando ser parte de la vida de Cedric, o la idea de que su hijo fuera "diferente" destruiría su imagen de su chico de oro?
Milo tenía otras cosas en las que enfocarse, en especial al encontrarse fuera cerca de la tarde, para la clase de Cuidado de las Criaturas Mágicas. Era extraño no tener al profesor Kettleburn alrededor. Milo, a diferencia de una gran parte de los profesores y estudiantes de Hogwarts extrañaba al hombre y a su excentricidad. Aunque el Profesor Kettleburn fuera tosco en los bordes de su personalidad, Milo sabía que el hombre era más que apasionado cuando se trataba de criaturas mágicas. A pesar de haber perdido la mayoría de sus extremidades ante ellos, el hombre dedicaba toda su vida a aprender y enseñar sobre las criaturas. Algunos lo veían como locura, pero no Milo.
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PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]
Fanfiction[Libro 3: Saga de Brotherhood] Desde que se puso en contacto con su hermano por los últimos años, Milo Fleamont Potter había entrado a otro mundo de aventura, unido a problemas y sin mencionar, a inmenso peligro. Sin embargo, no se arrepentía de nad...