PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]

Chapter Forty-Five

Traducción de la imagen:

De todo un reino

Él solo se arrodilla ante mí

Me llama reina

Me llama misericordia

•――――ര۩۩ര――――•

Milo escuchó un chillido aturdido escapar del dementor cuando la Cierva de Cerinea arremetió contra él, la criatura intentó escapar pero con una masiva pezuña puesta sobre la rastrera y andrajosa capa del dementor, le fue imposible huir. Girándose, Sirius seguía inconsciente a sus espaldas, y Milo puso una mano sobre el hombro del hombre, protectoramente. No podía ofrecer mucho en ese momento, no estaba seguro de qué hacer, incluso todo el trabajo de Defensa Contra las Artes Oscuras lo dejó indefenso. Era una cosa leer libros, escribir ensayos y practicar encantamientos, pero al estar frente a frente con una situación que requería que lo pusiera en uso, Milo era inútil por el momento.

Pero la Cierva de Cerinea parecía estar encargándose de la situación bastante bien por sí sola. Sin embargo, quedarse ahí no sentaba bien con Milo. Necesitaba actuar y rápido, y por cómo lucía Sirius, el pobre hombre había sufrido a manos de los dementores por tanto tiempo que incluso un breve encuentro fue suficiente para dejarlo fuera de juego. Tomando su varita, Milo se preparó para sacar a Sirius de ahí, esperando poder despertar al hombre, pero hubo un problema con ello.

De repente, se encontraban rodeados. El ataque del frío y la sensación de drenaje golpearon a Milo con fuerza, viendo un enjambre de dementores rodeándolos. ¿Cómo se suponía que acabarían con ellos? La Cierva de Cerinea pareció registrar sus pensamientos y rápidamente se ocupó de los dementores en frente de ella, rebanando las criaturas con sus gigantescas cornamentas. Milo vio asombrado cómo la criatura se desintegraba ante sus ojos, antes de que la Cierva se girara para encargarse del resto.

—¡Milo!

Escuchó que lo llamaban y se congeló antes de girar su cabeza en dirección de la voz y de repente, vio a Elspeth yendo hacia Sirius y él. Su rostro tenía una palidez fantasmal, llegando a la escena con sus ojos enfocados en la Cierva de Cerinea. Milo debía preguntarse si podía ver a la Cierva como tal, o si estaba viendo que una fuerza invisible se encargaba de los dementores de una sola.

—Lo sabía —la escuchó murmurar entre los chillidos de los dementores. Sin embargo, Milo estuvo más confundido cuando Elspeth tomó la capa de uno de los dementores y tiró de ella para evitar el golpe de las cornamentas de la Cierva. No entendió qué estaba haciendo, porque pensó que ella querría la protección en contra de los dementores que atacaban a Sirius.

Pero uno por uno, tomó a los dementores con un fuerte agarre en sus capas mientras ellos intentaban soltarse de ella. Poniéndose de pie temblorosamente, Milo observó la escena confuso y la Cierva de Cerinea parecía también estarlo, intentando destrozar a los que quedaban antes de que Elspeth se los pudiera llevar. Aun así, la emoción no terminó ahí porque, con una sacudida de su capa, Elspeth y los dementores desaparecieron frente a los ojos de Milo.