Chapter Forty-Nine

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Como Milo esperó, cuando Severus fue a declarar que Milo estaba vagando por los terrenos del colegio, Minerva parecía tener sus propias preguntas sobre por qué Milo no estaba con Remus, como se suponía. Cuando llegó al salón donde estaba Milo sentado, tenía una expresión en blanco, mirando a la distancia en la habitación. Tuvo que caminar hacia él y poner su mano sobre el hombro del chico, dándole un gentil apretón para conseguir una respuesta de él. Cuando finalmente se giró, sus ojos no cayeron en ella, sino en Severus. Sus ojos se entrecerraron y se veía molesto, ella solo pudo asumir que lo estaba por haber sido traído al salón, pero iba mucho más allá de ello.

Severus había estado en su casa la noche que sucedió, sujetando a su madre muerta en sus brazos, quizá Milo habría sentido lástima hacia él si al hombre le hubiera importado el bebé que lloraba en el suelo. Si le hubiera prestado atención a Harry, un niño de un año de edad que acababa de perder a su madre y que estaba plagado con una cicatriz en su frente. E incluso después de ver a Milo, en frente de él mirándolo, no reaccionó, al menos no apropiadamente. En su lugar, huyó, sin importarle ver si alguien estaba bien, solo se puso de pie y se fue.

La forma en la que Severus lloró sobre el cuerpo de su madre llenó a Milo de ira, cómo se atrevía a tocarla o a actuar como si le importara. Ni siquiera sabía qué conexión había entre Severus y su madre, sobre todo porque el hombre no estaba en ninguno de los álbumes de sus padres. En los que estaban con todos sus amigos y familiares, no había ninguna de Severus, así que, ¿por qué iba a su casa a llorar? Milo solo pudo asumir que el hombre no lloró sobre su padre, que estaba muerto en el primer piso en ese mismo momento. Y si le importaba tanto su madre, ¿no se habría asegurado de que sus hijos estuvieran bien?

Estaban indefensos, eran bebés, estaban solos y vulnerables en ese momento por sobre todas las cosas, pero en su lugar, se levantó y se fue. La cantidad de disgusto que se notaba en el rostro de Milo fue suficiente para alarmar a ambos adultos, mientras Milo se ponía de pie de la mesa y salía del salón. Quería irse antes de decir algo brusco de lo que después se arrepentiría. Aunque en ese momento, quería darle una reprimenda a Snape. Tantas veces que Severus se esforzó para humillar y burlarse de Milo o Harry, y aun así tuvo el descaro de abrazar el cadáver de su madre en sus brazos.

—Milo —su madre lo llamó, siguiéndolo por el pasillo. Él se detuvo, sabiendo que si no lo hacía por sí mismo, ella lo haría por él—. Milo, ¿por qué no estás con Remus ahora?

Ahora, ¿qué debía decir? No pensó en ello de una vez, pero su madre estaría curiosa por saber por qué no estaba en Hogsmeade. ¿Remus cumpliría su palabra de que no le diría a nadie sobre la conversación que tuvieron? Milo lo esperaba de corazón, porque mentirle a su madre iba a meterlo en grandes problemas.

—Siguió preguntándome qué estaba mal y se volvió muy molesto. Creí que íbamos a salir y divertirnos. Estoy cansado de que todos me pregunten qué sucede cuando ya dije que estoy bien —le informó Milo.

PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora