Chapter Fifty-Two

876 169 25
                                    

 •――――ര۩۩ര――――•

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

•――――ര۩۩ര――――

Milo estaba sentado en la biblioteca junto a Cedric, Max y Heidi, trabajando en un ensayo de Transformaciones. Tenía un par de libros abiertos frente a él, junto a su tinta y pluma preparadas mientras leía sobre los principios y limitaciones de transformaciones sobre el cruce de especies. El resto del grupo también trabajaba diligentemente, aunque Heidi lucía como si alguien la hubiera golpeado con un ladrillo, mientras revisaba su tarea de Aritmancia. Para no reírse, Milo no podía levantar la mirada de su trabajo por mucho tiempo o tener cualquier tipo de diversión, porque eso atraería la atención de la conocida asesina del buen ánimo: Madam Pince.

Con Paden en su cabello jugando con uno de sus mechones, Milo se sintió relajado, como si sus pensamientos empezaran a alejarse de su trabajo. Pensó en lo que dijo Elspeth sobre conseguirle un perro a Silas por Navidad, y estaba tentado a saber si Silas estaba al tanto de que el negro, esponjoso y andrajoso perro de ese momento, era en realidad su padre. Si no estaba al tanto de ello, se preguntó si Elspeth y Sirius iban a conseguirle un perro para reemplazar al que pensaba que tenía una vez supiera que había sido su padre el que recibió en una caja.

De repente, la mano de Cedric se sacudió en frente de su rostro y Milo pensó que el chico estaba regañándolo para que prestara atención a su tarea. Rápidamente regresó a su trabajo, hasta que Cedric le dio un codazo en su brazo para llamarle la atención de nuevo. Cuando Milo finalmente levantó la mirada, vio a Fred y George haciéndole señas para que saliera de la biblioteca, confundiéndolo por un momento antes de que hiciera un click en su cabeza de qué era que querían hablar. Al excusarse, Cedric, Max y Heidi vieron cómo salía de la biblioteca y encontraba los brazos de Fred y George sobre sus hombros, guiándolo fuera.

Cedric masculló un comentario para sí mismo antes de regresar a su propia tarea, hasta que vio a Max y a Heidi viéndolo. Él miró alrededor, asegurándose de que Pince no estuviera sobre ellos como un dementor antes de bajar su pluma.

—¿Qué? —les preguntó, queriendo saber por qué le sonreían así. Normalmente, era la sonrisa de "sabemos-algo-que-tú-no-sabes"—. ¿Por qué me están mirando así?

—Perdón, Cedric —rió levemente Max—. Creo que ambas solo pensábamos en lo adorable que es que seas del tipo celoso.

—¿Qué? ¡No, no lo soy! —discutió aunque no sonó muy convincente porque su voz tembló un poco, y tampoco lució convincente por su rostro de una brillante tonalidad roja.

—Sí, sí lo eres —sonrió Heidi—, no viste la expresión que pusiste cuando Milo empezó a hablarle a Fred. Y cuando pusieron sus brazos en los hombros de Milo...

Su voz se perdió en una risa a la que se unió Max, Cedric, por otro lado, no compartía su diversión con sus "falsas acusaciones" como diría que eran.

—No soy celoso —les dijo Cedric—. Milo puede hablar con quien quiera. Ha sido amigo de los gemelos Weasley desde hacia mucho. Solo porque estemos saliendo no significa que sus amistades van a cambiar de repente con cada chico.

PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora