PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]

Chapter Eighty

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Milo no pudo convencer a Remus de que se quedara y fuera profesor en Hogwarts, la terquedad del hombre y sus temores ganaron esa batalla, pero sí lo convenció de que se quedara cerca por el bienestar de su familia. Remus accedió a no huir y desaparecer, que estaría donde pudiera ser encontrado. Aun así se fue en el carruaje, pero con la promesa de que iría a San Mugo poco después para ver cómo estaban Sirius y Elspeth. Esa fue una buena respuesta para Milo, quedándose con una brillante sonrisa, regresando dentro del castillo. Pudo escuchar a los estudiantes, mayores y menores que él riendo cuando caminó descalza y en pijamas, pero no le importó.

Después del infierno por el que tuvieron que pasar los miembros de su nueva familia, necesitaban que las cosas salieran bien. Con la oscuridad de la que las Moiras les advirtieron acercándose, era claro que necesitaban producir su propia luz y la única forma en la que lo harían era quedándose juntos. Milo se las arregló para que Remus se quedara y eso era lo que en verdad le importaba al chico.

Había verdad en sus palabras cuando le dijo a Remus que había elegido al hombre como su padrino por algo. Claro, Milo no conocía sus razones cuando era un bebé, no entendía por qué se apegó tanto a Remus, pero honestamente no importaba porque tomó la decisión correcta. Remus se convirtió en la figura paternal que Milo necesitaba en su vida, y ahora que Sirius había regresado, Harry estaba ganando otra figura paterna que el chico desesperadamente necesitaba. Ya tenía a Hagrid y a Arthur Weasley, pero ahora ganaría una familia de cierto tipo si Dumbledore lo permitía.

—¡Milo! ¡Milo!

Ahora toda la escuela debía saber lo que ocurrió la noche anterior, o al menos, sabían los detalles fuera de la alianza de los dioses, pero eso fue más que suficiente para que alguien fuera de ello supiera. El Diario del Profeta anunció que la inocencia de Sirius Black se comprobó cuando Peter Pettigrew fue tomado bajo custodia y todo estaba publicado en primera plana.

Con el mapa enrollado y en mano, Milo se dio la vuelta para ver a Silas corriendo hacia él y por un momento, el corazón de Milo se saltó un latido. Muchas veces en la noche anterior, la mente de Milo se fue hacia el chico, preguntándose cómo reaccionaría Silas con las noticias. Después de todo, el chico aún no sabía que eran las fotos de su padre las que aparecieron en las primeras páginas del Diario del Profeta durante meses. Todos los titulares pintaban a Sirius como el villano y ahora que habían tomado un drástico giro, Milo estaba seguro de que el chico quedaría con sentimientos conflictivos sobre todo una vez se enterara de la verdad.

—¡Escuché que estabas en la Enfermería y, Merlin! —los ojos del chico se abrieron como platos, jadeando, y su mano se puso sobre su pecho. Por un segundo, fue como tener a un mini Sirius en frente de Milo, y tuvo que suprimir una risa. Tenía el presentimiento de que una vez Silas recibiera la verdad y superara el shock de la situación, Sirius y él se llevarían bien.