Chapter Forty-Two

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Cedric se quedó tieso bajo el toque de Milo al ver a la desconocida mujer que definitivamente no lucía como que perteneciera a Hogwarts. Miró alrededor por unos momentos, notando que nadie le estaba prestando atención, solo seguían caminando. Nunca había visto a la mujer antes en los terrenos, ni siquiera en el castillo, y aun así, Milo parecía conocerla. Cedric creería que Milo habría mencionado que tendría una visitante a menos que aparecieran de la nada como Newt Scamander lo hizo.

—Mi-Milo, ¿qué su-sucede? —dijo Cedric en voz baja, pero el chico no le respondió a sus espaldas. En lugar de eso, la mujer vestida en un largo vestido de seda blanca y dorada les hizo una seña para que la siguieran, empezando a liderar el camino por el pasillo—. Milo, ¿quién es?

Milo quería responderle, pero no estaba seguro de cuánto tenía permitido decirle sobre la diosa en ese momento. Sería mejor dejar que Artemisa llevara la conversación con Cedric porque Milo no sabía ni por dónde comenzar. Ciertamente no esperó que la diosa se mostrara a sí misma frente a Cedric en especial al decir que Milo no podía ni compartir lo que sabía con su hermano o alguien fuera de su pareja marital. No podía ni decirle a su madre, en quien Milo más confiaba, pero Milo también confiaba en Cedric, lo suficiente que había verdad en sus palabras cuando dijo que le confiaría su vida a Cedric.

Artemisa pareció creerle de inmediato y ahora, Milo tenía curiosidad por ver cuánto le permitiría saber a Cedric. Ella lideró el camino, aunque pareció que se perdió porque se giró un par de veces en un área hasta que los chicos se detuvieron detrás de ella fuera de una habitación que Milo no reconoció, y tampoco Cedric. El chico mayor miró alrededor, sabiendo que había pasado por esa parte del pasillo múltiples veces pero nunca había visto esa habitación antes. Debía conocer el castillo debido a sus deberes como prefecto.

—¡Esto es genial! —exclamó Milo en voz baja, uniendo sus manos, emocionado. Cedric se giró a verlo, cuestionando qué sucedía, pero no hubo necesidad de que lo hiciera porque Milo respondió su pregunta sin intentarlo—. Es la Sala de Menesteres.

Rumores habían circulado por el castillo por años sobre una sala que parecía aparecer de la nada y normalmente lo hacía cuando la persona la necesitaba. De todas las historias, la habitación parecía proveer lo que la persona necesitaba en su situación. Milo le había preguntado a su madre por ella cuando era más joven, pero ella negó haberse topado con ella, probablemente porque nunca tuvo la necesidad de hacerlo. Sin embargo, sí le informó al chico que lo mejor era no ir a buscarla en el séptimo piso y no decirle a cada estudiante del castillo porque nunca irían a clase si estaban buscando por la habitación.

Al entrar a la habitación, parecía ser un lugar bastante acogedor, comparado con la Sala Común de Hufflepuff que era conocido como el lugar más cómodo de todo el castillo. Los grandes sofás y sillas se veían suaves. Las almohadas llenaban el suelo invitando a las personas a sentarse y una agradable fogata mantenía cálidos a quienes entraban. Permitió que Milo se relajara de repente, mientras Artemisa los invitaba a sentarse sin ninguna explicación sobre quién era la desconocida.

PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora