23. Juicio

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El día del juicio llegó.

Yue QingYuan trato de alejar a Shen Yuan, pero al final fue imposible y este término asistiendo al juicio a su lado al igual que muchos de los discípulos de Qing Jing, Luo Binghe no pudo acercarse demasiado, saludo a su pareja de cultivo con una sonrisa y tuvo sus ojos puestos en él todo el tiempo, Shen Yuan se sentía avergonzado por eso, pero mayor era su temor a lo que le sucediera a su padre.

Shen Yuan se quedó junto a sus hermanos marciales observando el juicio. Ning YingYing y Ming Fan no se habían separado de su lado, ellos eran los más preocupados e indignados además del mismo Shen Yuan.

Shen QingQiu entro al enorme salón donde se sentó frente a los líderes de las grandes sectas, Yue QingYuan tuvo que detener un impulso de ir junto a su pareja y abrazarlo. Shen Yuan noto como su padre mantenía su semblante tan digno como siempre había sido a pesar de las ropas simples que lo habían obligado a usar o su cabello que caía en su espalda como si se tratara de un criminal, a pesar de eso... era la imagen del Shen QingQiu que recordaba de toda su vida, digno y elegante. El juicio inicio con las acusaciones, Shen Yuan podía escuchar los murmullos de indignación de los discípulos del Palacio Huan Hua y algunos discípulos de otras sectas, Qing Jing mantenía silencio, pero Shen Yuan podía sentir la ira de sus compañeros, escuchó a Liu Qingge bufar enfadado y Qi QingQi mordía la manga de su túnica indignada. Mu QingFang y Yue QingYuan eran los únicos que mantenía una aparente calma.

- Sin embargo, no hay pruebas de lo que la señora Qiu testifica - se escucho decir a uno de los líderes de otra de las sectas.

- La muerte de mi familia y la destrucción de mi casa familiar, además de la pérdida de la vida de mi sobrino... ¿acaso no son suficientes pruebas? - atacó Qiu HaiTang - además, aquel que llaman Shen QingQiu ha admitido sus crímenes anteriormente.

- En efecto - comento el Viejo Maestro del Palacio - ¿El Maestro Shen se retracta de su confesión?

- No - respondió Shen QingQiu - acepto haber asesinado a Qiu JianLuo y muchos de la servidumbre... sin embargo ¿no deben darme la oportunidad de dar mi testimonio también?

Shen QingQiu sabía qué tal vez era en vano. Pero no perdía nada contando su versión de la historia, por fin se dio lugar para que contará su historia. Shen QingQiu había sido muy orgulloso, en su pasado nunca hubiera contado aquello, primero muerto antes que otros supieran que había sido abusado por tantos años y que conocieran sus orígenes como una rata. Sin embargo... Ahora eso no importaba, si deseaba estar al lado de su Qi-ge y ver a su cachorro nacer y crecer como un joven fuerte tenía que hablar con la verdad. Sabía que Qi-ge estaría para él sin importar lo que sucediera. Ahora podía confiar en un futuro junto a Qi-ge y no dejaría que Qiu JianLuo se lo arrebatará.

Qiu JianLuo no volvería a arrebatarle nada en esa vida.

- Es verdad que fui comprado como esclavo a los 12 años, es verdad que fui tomado como prometido del joven amo de la familia Qiu... Sin embargo es falso que este no toco mi cuerpo hasta el día de nuestra boda. Desde la primera noche que fui llevado a la mansión Qiu fui abusado y humillado de formas que ninguno de los presentes podría imaginar, el joven amo Qiu aprovecho el hecho que no podía quedar preñado gracias a la marca que un... amor de la infancia dejo en mi porque se lo pedí, porque yo pedí que me marcará solo para no ser marcado y verme sometido a otro Alfa, Qiu JianLuo aprovecho esto para abusar de mi de todas las formas inimaginables.

Guardo silencio por un segundo. El simple hecho de recordar aquello...

Todos notaron como la frente del señor de la cumbre Qing Jing, quien siempre lucía una imagen impecable, se desmoronaba, su mente perlada en sudor y sus manos temblando, arrugando las túnicas verdes que vestía, su rostro trataba de mantener la misma neutralidad de siempre, pero era imposible que su cuerpo no reaccionara ante los recuerdos. Shen Yuan había escuchado la historia de parte de Shang QingHua, pero ver a su padre narrar la forma en la que había sido abusado y humillado. Simplemente sentía tantas náuseas, deseaba correr hacia este y abrazarlo, decirle que todo estaba bien. Noto que Yue QingYuan estaba en la misma situación, sus manos hechas puño con tanta fuerza que podía ver sus nudillos blancos. Por fin Shen QingQiu pudo continuar con su narración.

El hijo del villano escoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora