El hijo del villano escoria

26. Mis padres

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[ Recuperando memorias perdidas ]

Había una vez una joven Beta que hizo una mala elección.

Se enamoró de la persona equivocada, un extranjero que se sintió atraído por su belleza exótica y su carácter amable e inocente, quedo embarazada siendo muy joven y aquel que ella amaba la abandono, dijo "ese cachorro no puede ser mío, aun soy muy joven, no voy a arruinar mi vida con un cachorro. Deshazte de él", pero ella se negó, regresó a la casa familiar que había abandonado cuando era aun muy joven. La noche en la que su cachorro nació fue la más feliz para ella.

Era un pequeño de cabellos negros como la tinta y ojos verdes como las esmeraldas, un pequeño que con el tiempo reveló su carácter rebelde heredado del hombre que la había abandonado pero que en el fondo era tan amable como su madre, por algunos años ella se sintió feliz cuidando de su pequeño cachorro. Pero su felicidad duró muy poco.

Cuando el pequeño cachorro tenía 5 años la joven Beta murió de una terrible enfermedad, quedando él a manos de su tío que lo veía con desprecio, "eres el culpable de la muerte de mi hermana" decía a veces, "hubiera sido mejor que murieras tu, no ella". Su tío siempre había llevado una máscara frente a su mamá, siempre era amable y cariñoso con él frente a su mamá, pero lo golpeaba sin razón en lugares que no fueran visibles cuando ella no estaba. Cuando su mamá murió todo buen trato desapareció por completo, era obligado a dormir en un pequeño cobertizo solo con una manta para cubrirlo de las noches frías y comer las sobras que quedaban en la cocina. Algunos sirvientes se apiadaban del pequeño cachorro y daban a escondidas trozos de pan o carne que podían esconder de su amo.

A veces su tío no era tan cruel con él. Se parecía tanto a la querida hermana que había perdido que cuando lo veía vestido como ella y estaba ebrio no podía golpearlo, por eso decidió llevar el cabello largo y vestir ropas de mujer para evitar los castigos. A veces tenía que llamar a su tío "querido hermano" para que este no lo golpeara, aunque a cambio sentía nauseas por la forma en la que este lo tocaba. Aun así, era preferible eso a los golpes. Se sentía tan humillado.

El pequeño cachorro creció sin conocer el cariño o la calidez de una familia. En la escuela se mantenía alejado de todos y todos se mantenían alejados de él, era raro, era un Omega hombre, nadie quería acercarse a él. No fue hasta que cumplió 10 años cuando conoció a la primera persona por la que sintió cariño. Una tarde cuando salía de clases y un grupo lo detuvo, a veces los otros niños se divertían burlándose de él o golpeándolo, después de todo era fácil golpear al pequeño Omega que nunca se defendería y solo aceptaría los golpes en silencio como había aprendido a hacer durante todos esos años. Pero esa tarde fue diferente.

- No deben hacerle daño, le diré a la maestra si se atreven a golpearlo - amenazó un niño al que nunca antes había visto.

Los niños rápidamente se alejaron al reconocerlo. El pequeño cachorro también se sorprendió al verlo, se suponía que aquel niño era el hijo de alguien muy importante, lo sabía aunque nunca había estado cerca de él. El niño de ojos negros se acercó al de ojos verdes y le ofreció una mano con una sonrisa amable. Una sonrisa tan cálida que sintió su corazón doler después de tanto tiempo de no sentir nada.

- ¿Estas bien? ¿no te lastimaron? - preguntó, el pequeño cachorro negó con la cabeza - me alegra, soy Yue Qi ¿cuál es tu nombre?

- Qiu Jiu - se presentó en voz baja.