El hijo del villano escoria

56. [ Extra 20 ] What if... (3)

Advertencia: este 'What If...' toma lugar entre los capítulos 23 - 25. Es una idea que tenía desde hace mucho pero no sabía cómo incluir, recuerden que estoy resumiendo varios capítulos, así que quizás me salte muchos detalles de la historia, pensé en hacer otro fic basada en esta idea pero sentía que sería una copia del fic con un pequeño cambio, así que se convirtió en esto. Espero lo disfruten.

Shen QingQiu sentía como si se encontrara en una burbuja. Todo a su alrededor se sentía como si estuviera en silencio, como si el mundo se hubiera detenido a su alrededor. Un niño dormido entre sus brazos, escuchaba el eco de las voces a su alrededor como si se trataran del zumbido de insectos.

Lo último que había visto fue a Luo Binghe tomar el cuerpo de su hijo, a su nieto gritando y llorando. Recordaba haber gritado algo mientras era detenido por Liu Qingge y Yue QingYuan... ¿qué había sucedido? Todo comenzó a derrumbarse a su alrededor, Luo Binghe se llevaba a Shen Yuan, había demonios a su alrededor atacando a todos. Volvió a tomar un tragó del té que Mu QingFang le había entregado, una especie de tranquilizante... lo habían forzado a beberlo mientras sus manos aún temblaban. Las palabras de QingYuan se escuchaban tan lejos de él a pesar que sabía que se encontraba a su lado. Shen Ran se había quedado dormido después de llorar por mucho tiempo, habían muchos heridos.

- QingQiu - por fin escuchó la voz de su esposo - ¿te sientes mejor?

- ¿Me preguntas eso cuando mi hijo esta muerto? - gruño en voz baja - ¿Te sentirías bien si te doy una patada en las bolas, QingYuan?

- A-Yuan también es mi hijo, QingQiu - le recordó.

- ¡Tu no...!

- No es lugar para peleas maritales de los líderes de la Montaña Cang Qiong - les recordó Mu QingFang que continuaba examinando a Shen QingQiu - quizás te sientas adormilado... el cachorro se encuentra bien. Deberían retirarse para descansar.

Shen QingQiu soltó un suspiro, se sentía demasiado adormilado como para pensar en algo. Pero Mu QingFang estaba en lo cierto, eran los líderes de Cang Qiong... debían actuar como tal... más ahora que su nieto había perdido al único padre que conoció, al menos... debía ser fuerte por alguien. Justo en ese momento vió como el Viejo Maestro del Palacio Huan Hua se acercaba a ellos junto a algunos de sus discípulos.

- ¿Puede el maestro Shen responder porque justamente el día de su juicio los demonios decidieron invadir el palacio? - preguntó.

Shen QingQiu rodó los ojos. Estaba demasiado cansado como para responder esas preguntas. Habían cosas más importantes de las que preocuparse antes de volver a acusar a alguien de traición, sintió como el niño en sus brazos se movía inquieto, lo había cubierto con una manta, sus ojos aún estaban hinchados y su carita se veía muy roja después de llorar por tanto tiempo.

- ¿¡Acaso no se da cuenta que es un mal momento!? - preguntó molesta Qi QingQiu - ¡Sí está tan dispuesto de culpar a Shen QingQiu al menos podría esperar un poco!

- ¿Por qué debería esperar a que vuelvan a investigar algo para salvarlo? La secta de la Montaña Cang Qiong parece tener una tendencia a albergar escorias.

- Viejo Maestro - se adelantó Yue QingYuan a hablar - No es momento para cuestionar a mi esposo, mucho menos frente a... a nuestro hijo menor. Su salud es delicada y las circunstancias no son las adecuadas.

Cerró los ojos, su cabeza daba vueltas. ¿Qué habría pensado Shen Yuan en esa situación? Shen Yuan... seguramente haría algo imprudente. ¿Algo imprudente? Oh... sí, siempre estaba haciendo algo imprudente. Esa rara excursión que hizo hace tanto tiempo... Shen Yuan. Apenas escuchaba las palabras del Viejo verde, los demonios habían entrado justo cuando todos sabían que era inocente, no herían a los de Cang Qiong... pero tampoco trataban de herir de gravedad a otros, el único que tuvo una flecha fue Shen Yuan quien defendió a Luo Binghe como cualquiera que lo conociera hubiera esperado aunque quizás los demonios ya sabían sobre la naturaleza mitad demonio de Luo Binghe que lo hacía inmune al veneno 'Sin Cura'. Todo... era demasiado justo.