Un libro y un café

Todo parecía un sueño

Otra vez ese sueño eso significa algo y es que... ha llegado el momento, hoy es el día en el que revelaré mi amor, llamaré a Luz para que me ayude.
Riiingg, riiingg...
-Dime, Clara, ¿qué quieres? ¿Qué tal?
-Necesito tu ayuda, le voy a decir a Álex que le quiero... no puedo aguantar más. Siento que hoy es el día.
-¿Y cómo lo vas a hacer?
-Pues voy a quedar en la cafetería de la esquina, El pingu, y allí se lo contaré todo, ¿te parece bien?
-Sí, pero ¿a qué quieres que te ayude?
-Pues mira, es que no sé cómo decírselo, me da mucha vergüenza y, además, no sé si él querrá quedar conmigo a solas... y por eso tú le llamarás y le dirás para quedar los tres, pero vamos allí y yo le digo que no puedes ir, que tienes que quedarte con tu madre, que se ha puesto mala o algo...
-Ok, yo le llamó y hago como para quedar los tres, y otra cosa, ¿a qué hora sería?
-Sobre las cinco y media.
-Vale, hasta luego. ¡Suerte!
-Adiós y gracias por todo.
Voy a leer un poco, ¿qué libro leo? Leeré el que me regaló Álex, El alquimista, que todavía no lo he empezado... ni lo he abierto, tanto estudiar... no me da tiempo de nada, uf. Anda, tiene una nota y dice: ''Clara, ojalá este regalo sea el primero de una larga vida contigo''... ¿Qué significará? ¿Que me quiere? No sé, no sé... hoy tendré la respuesta... Por lo pronto, comeré algo, que estoy un poco hambrienta... eso de no desayunar por los nervios no es bueno para mi salud, y además, mi madre seguro que nota algo.
-Claraaa, ¿quieres algo para comer?
-Sí, mamá, ahora mismo iba a bajar para prepararme algo.
-He hecho macarrones, ¿le echo tomate?
-Sí, un poco, ¡gracias! Oye, mamá, hoy he quedado, ¿vale? No te preocupes, que no volveré tarde.
¡Qué nervios! Queda una hora para ese momento con el que tanto he soñado... que terminaba y empezaba tan bien... Pe- ro se nota que es un sueño, todo son preocupaciones... ¡No sé qué ponerme! No sé si vendrá... Uf... no puedo más, estoy súper nerviosa...¡Ya sé qué ponerme! Me pondré mi conjunto preferido, pantalón lila, cuello alto lila y encima, un jersey de pana blanco y lila, y mis botines blancos y negros con cordones de colorines... Ya son las cinco y veinte, voy a empezar a ir hacia allí, no quiero llegar tarde y así puedo pensar como decírselo; además tengo que llamar a Luz para saber si le ha llamado. Voy a coger el móvil y me pin- taré, ¡anda!, un mensaje de Luz: «Ya le he llamado. Dice que a las cinco y media estará allí. Oye, dice que tiene que hablar contigo, no me ha querido decir de qué...¡Ya lo sabremos! BSS. ¡Suerte!».
Ya en la cafetería...
-¡Hola, Clara! ¿Qué tal? Oye, ¿y Luz? ¿Dónde está?
-Bien, ¿y tú? Luz no ha podido venir, su madre se ha puesto mala y tiene que cuidar de ella...
-Ah, ¡mejor!, así estaremos solos... Oye, tenemos que hablar... tengo que decirte algo...
-Buenas tardes, ¿qué desean para tomar?
-Yo quiero un café de sobre, por favor.
-Y yo tomaré un capuchino, gracias.
-¿De qué hablábamos? ¿Qué es eso que me tenías que decir?
Yo también te tengo que decir algo, pero dilo tú primero...
-Uf... ¿Por dónde empiezo...? A ver... Lo que te tengo que decir es que... yo...
-¡Venga! ¡Suéltalo ya! No me pongas más nerviosa de lo que estoy...
-Esperaaa... que es difícil... Yo... te... te...
-¿Te qué?
-Te... quiero... -sonrojándose.
-... -sorprendiéndose.
-¿Qué me tenías que decir tú?
-Lo mismo, que te quiero, llevo mucho tiempo soñando con este momento.
Y se dan su primer beso y no va a ser el último, ya que es el principio de una larga relación que empieza a los quince y termi- na a los veinte, con una ruptura por celos de su amiga Luz, que se quejaba porque no pasaban el mismo tiempo juntos. Además, su madre murió y se sentía muy sola, pero ellos seguían siendo pareja a escondidas, ya que se querían. Le prometieron a Luz no estar el uno con el otro, pero ellos no podían estar así. No querían seguir con esa mentira y decidieron buscarle un amigo a Luz, pero Luz salió una noche y empezó a quedar con un amigo, Antonio. Estuvieron quedando durante mucho tiempo y así encontró a su media naranja. Por fin todos, Álex, Clara, Luz y Antonio termina- ron casándose las dos parejas cada una por su lado.

Mariapia