Un libro y un café

Un trago con sabor a amor

Era lunes por la mañana, y todavía me quedaban algunos mi- nutos para entrar en clase, por lo que pensé en entrar en la ca- fetería del instituto. Pedí un café para despejarme un poco. Me senté en el único sitio donde no había nadie. Sobre la mesa había un libro llamado Retrum. Ya había oído algo sobre ese libro, pero nunca lo había leído. Mientras me tomaba el café, empecé a leer- lo. De repente, un chico que no había visto nunca por el instituto vino hacia mí. La verdad es que era muy guapo, y me puse muy nerviosa. Me empezó a hablar:
-Perdona, ¿me puedes devolver el libro? Antes se me ha olvida- do aquí y, por lo que veo, lo has cogido tú.
Me puse muy nerviosa, y cuando iba a devolvérselo, se cayó el café encima del libro. En ese momento, sonó el timbre para entrar en clase. Me sentía tan avergonzada que me quedé muda y huí antes de que se diera cuenta de lo humillada que me sentía.
Toda la clase estuve pensando en él, ya que sentía mucho lo que había sucedido, porque no lo había hecho adrede.
Ese mismo día fui a la librería para comprar el libro que había estropeado esa mañana.
Al día siguiente entré en la cafetería para ver si él estaba allí, pero no estaba, ni tampoco al siguiente día.
Una mañana, cuando menos me lo esperaba, ahí estaba él. Me acerqué. No sabía cómo iba a reaccionar, no me salían las pala- bras, pero tuve el valor de hablar con él.
-Hola, siento lo del otro día, y siento también que me fuera así. Te he traído la última edición del libro para disculparme.
-¡Gracias! Pero no era necesario. Cuando vine, estabas leyen- do el libro, ¿te gustó?
-Sí, la verdad es que no estaba mal. ¿Me puedo sentar?
-Sí, claro. Me llamo Dani, ¿y tú?
-Yo, Marta.
Desde ese día nos fuimos conociendo, y surgió una historia de
amor, pero eso ya es otra historia.

Ainhoa Iturzaeta