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Aquella mañana Jimin amaneció con un poco de dolor en su cuerpo por lo que sucedió la noche anterior.
Se incorporó en la cama soltando algunos quejidos  y salió para ir al baño. Agradecía que hoy no tiene trabajo.

-Dios mío.

Su piel tiene manchas de color morado con verde y otras un poco amarillas.
Se dirigió hasta la ducha para limpiar cualquier rastro de suciedad y se relajó simplemente con eso.
Salió para colocarse cualquier ropa (incluida la de su alfa) y bajó para tomar el desayuno.
Saluda a todas las empleadas que se topa hasta llegar a la cocina.

Se preparó un jugo de naranja junto con un trozo de pastel. Para él es un desayuno perfecto pero se volvió aún más perfecto cuando recibió una llamada de su esposo.

-¿Cómo está su majestad? ¿Dormiste bien cariño?

-Buenos días. Dormí bien con un poco de dolor pero nada del otro mundo. ¿Cómo va el trabajo?

Tomó un sorbo de su jugo escuchando aquella voz suave y bonita.

-Pues ¿bien? Algunos accionistas están molestos pero no es nada del otro mundo. Te llamaré más tarde.

-Bien, te amo

-Yo también te amo.

Jungkook colgó a los pocos minutos. Le dio una mirada a la oficina y la paz volvió de nuevo a él.
Fue suficiente escuchar la voz del menor para calmar su corazón.

Hace unos minutos recibió una llamada de Yoongi.
Él no esperó eso pues sabe que a la última persona que debería de llamar es él.
Así que debe de ser algo serio para que lo contacte y joder claro que lo fue. Le pidió encontrarse por la tarde y Kook aceptó. Ambos necesitan hablar sobre esta situación y poner las cartas sobre la mesa de una vez por todas.

Aclarar lo que desean y resolver todo este desastre.
Así que cuando la tarde llegó salió de prisa colocándose su gabardina de color negro pues de repente había caído una fuerte lluvia.

Yoongi lo citó en un lugar bastante alejado de la ciudad pues aclaró que deseaba tener una conversación tranquila y sin interrupción.

Así que detuvo el auto en una casona vieja cerca de un pueblo. No tiene la mejor fachada pero Min había estado viviendo allí desde que asesinó a los padres de Jimin.
Bajó tirando la puerta del auto mirando todo a su alrededor.
Solo hay árboles y casas a lo lejos pero es un barrio muy bajo.

Sus zapatos se llenaron de lodo aún así llegó hasta la entrada y tocó varias veces la puerta.
A los pocos minutos aquel chico delgado y de baja estatura abrió la puerta.
Ese color rubio casi blanco solo le hace ver más pálido pero las ojeras resaltan tanto en su piel que no es necesario preguntar si sufre de insomnio.

-Es un gusto verlo de nuevo señor Jeon. Ha cambiado.

Los vellos del alfa se pusieron de punta al olerlo.
Aquel asqueroso aroma a sangre que tiene y no es por que haya asesinado o algo así. Simplemente es natural. Ese es el olor de su omega.

Aquellos malos recuerdos vinieron a él así que juntó ambas cejas.

-¿Qué quieres de mi? Yo ya no soy un niño estúpido que se dejaba manipular por ti Yoongi.

Entró a la casa cerrando la puerta a sus espaldas.
Min encendió un cigarrillo tomando asiento en un sofá viejo.
La casa es igual de sucia y horrible por dentro. Realmente tétrico, asqueroso y enfermo. Es perfecto para un maldito loco como Yoongi.

-Tu cabeza o mejor aún la de ese omega tuyo.

Soltó una carcajada cubriendo su boca con una mano.

El Camino del Destino ~ KookMin. (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora