Casi trece horas sentados juntos. Trece horas sin poder perdernos de vista. Definitivamente, el vuelo a México iba a ser la prueba de fuego para no mandarlo todo al infierno antes de aterrizar.
Para colmo volábamos en un avión privado fletado por el Gobierno mexicano. Suerte para Robin, pero yo odiaba ese tipo de ostentidades.
Antes de embarcar, nos presentaron a dos de nuestros compañeros de aventuras. Dos periodistas bastante atractivos llamados Raul y Jose Maria. Trabajaban para un periodico español y una revista de historia de tirada nacional, respectivamente. Jose Maria además era fotógrafo.
Los encontré bastante interesantes. Habian viajado por todo el mundo y parecían carecer completamente de mi "espíritu nido": Encuentra un lugar seguro, ponte cómodo y vive feliz. Por lo que contaban, sentían una inquietud desbordada por exponerse a peligros y documentar información clasificada. Ya habían trabajado juntos, lo cual hacia todo mas fácil.
— ¿Y vosotros entonces también os conocíais de antes? — Preguntó Raul, rascando su barba incipiente.
Raul era moreno y bastante apuesto. Calculaba que tendría cinco años mas que Andres y yo. José María parecía el más joven de todos nosotros. A diferencia de Raul, Jose Maria tenía el pelo de color cobrizo y un rostro mucho más femenino.
Estábamos sentados alrededor de una mesa en común, con múltiples papeles extendidos encima: autorizaciones, identificaciones, certificados medicos, permisos para desplazamientos etc Estábamos leyendo cada papel con atención, sacando copias y firmándolo todo.
— Si — Tomó la palabra Andrés — Nos conocemos desde la carrera. Hemos estado un tiempo desconectados, pero cuando sientes pasión por lo que haces, al final los caminos siempre se cruzan ¿verdad Lia? Somos especialistas en animales exóticos y silvestres. Ella aporta los conocimientos clinicos y yo los pongo en práctica.
Tuve que reírme.
— Cuando nos ataque un jaguar, quizas os demos una clase magistral sobre lo peculiar de sus garras retráctiles. Espero que presteis atención — Dije, poniendo un poco de humor a la conversación.
Los tres se rieron.
— No suena nada bien. Dicen que lo mas peligroso no son los grandes depredadores — Dijo Raúl — Hay gran cantidad de especies venenosas que podemos cruzarnos por primera y última vez en la vida.
— Supongo que nos acompañará un medico ¿no? — Pregunté, insegura.
No me importaba participar en una expedición pseudo-suicida, pero si caminar como un cordero indefenso hacia la muerte.
— Si, pero ya sabes que solo dispondremos de un kit de emergencia pequeño. Habra cosas que se escapen de sus manos —Declaró Andres, aparentando una seriedad que no le pegaba — De todas formas, no suelen suceder accidentes graves si vas en grupo.
Suspiré un poco aliviada. Se me olvidaba que Andrés llevaba años viviendo en Mexico. Si el habia podido sobrevivir ¿por qué no lo íbamos a conseguir los demas?
Miré a Robin, durmiendo placidamente en el suelo. Es posible que lo llevase la mayor parte del tiempo atado o cargándolo a mi espalda. No quería que le ocurriese nada por mi culpa. Maldita sea, me iba a tener todo el tiempo preocupada.
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🟢 Expedición
AventuraMexico 2021 Siete personas son reclutadas para documentar y cartografiar el actual estado de un antiguo templo Chichimeca. Celia, junto con el resto del grupo que conforma la expedición, descubrirá los secretos que oculta la selva y hasta donde es c...