-Dos piezas de bronce... lo lamento, no tengo más, señorita – dijo la señora frente a mi, con una expresión de evidente vergüenza.
Conozco este tipo de situaciones, muchas personas vienen a mi floristería a comprar los derivados que fabrico como lo pueden ser perfumes, jabones, té que producen algunas como el Hibisco, aromatizantes o productos de limpieza. A veces compran mucho, a veces no compran casi nada, unos me dan propina y otros acaban en esta posición.
En realidad, no me molestaba – No se preocupe, señora – dije y tomé el jabón para dejarlo en sus manos, lo había devuelto al mostrador por no poder pagarlo – Puede llevarlo.
-Pero... pero no tengo suficiente dinero para...
-No pasa nada – interrumpí batiendo mi mano para restarle importancia – Además... es sólo un simple jabón ¿A quien le puede doler?
-Señorita Gaia, de verdad no puedo – volvió a dejar el jabón frente a mí.
-Y yo insisto – lo tomé de nuevo para dejarlo en sus manos – Vamos, señora. No soy exigente con estas cosas, acepto todo lo que me den y me siento bien sabiendo que mis productos favorecen a los clientes.
-No desvalore su mercancía así ¿Cómo progresará su negocio si sólo regala lo que debería vender?
Asentí lentamente – Ya veo... ¿Ve esas flores allá? - señalé el pasillo donde tenía las especies silvestres.
-Las veo, sí.
-Si alguien entra a robarlas por la noche y durante la mañana no las consigo allí, no me importaría tanto ¿Sabe? No es que apoye el vandalismo, pero después de todo son sólo flores – dije – Nacen, crecen, se hacen hermosas pero cuando las separas de la tierra se mueren. Son temporales ¿Entiende? Si desaparecen de allí, todo lo que tengo que hacer es sembrar nuevas y dejarlas en su lugar.
-...
-Todos los demás productos: perfumes, aromatizantes, tés, y ese jabón que tiene en sus manos, vienen de las flores – dije – Entonces ¿No es la misma cosa? Si un producto sale de aquí sin pagarse, no importa, aún tengo flores para fabricar más. Vaya, lléveselo, el olor a Lavanda le sienta muy bien a su piel.
Con las mejillas sonrojadas, la señora tomó el jabón y dejó sus dos monedas de cobre sobre el mostrador – Es un ángel, señorita Gaia, su negocio será muy próspero. Le deseo lo mejor – dijo mientras se iba.
-Muchas gracias, tenga un lindo día – me despedí. Una vez que se fue, suspiré y miré las dos monedas frente a mí – Puedo comprar dos panes con esto y comerlos con jalea.
Me apenaba un poco que las personas se sintieran culpables o avergonzadas por no poder pagarme completo ¿Eso interesa acaso? Todos tienen necesidades, todos tienen un hogar que necesita recursos ¿Quién soy yo para estar exigiendo la moneda que falta para poder comprar el jabón? Debe ser por mi humildad que siempre vienen a mi tienda. Porque no soy tan cruel como los dueños de los otros negocios.
Hoy era un día tranquilo, ayer Kairos se había marchado de nuevo a la Muralla Sina, me pregunto si alguna vez alguien valorará su trabajo. Luego de un rato comenzó a llover.
La puerta de la floristería se abrió de nuevo y me enderecé para recibir al cliente, quien no se dirigió al mostrador sino que comenzó a deambular por los pasillos de esta, quizá buscando algo en específico, pero no supe quien era por la capucha que le cubría. Estaba algo mojado, la lluvia le había alcanzado. El sonido que emitía al andar era como el ligero golpeteo de un tacón... como las suelas de unas botas... tenía que ser un soldado. Lo sé porque habían estado soldados y clientes dentro de la floristería en más de una ocasión y el sonido que emiten sus calzados al andar es diferente. Pero incluso cuando se escuchara como si esta persona tuviera problemas para caminar...
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🌻🗡FLORES_y_CUCHILLAS🗡🌻(Levi x Lectora)
Fanfic🌻🌻🌻 "¿Sabes por qué el café sabe tan bien cuando le agregas azúcar, Gaia?" Tras la muerte de Mike Zacharius, Gaia hace el intento por continuar con su vida cargando con el dolor de haber perdido al ultimo miembro que quedaba de su familia. Una ta...