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"¿Sabes por qué el café sabe tan bien cuando le agregas azúcar, Gaia?"
Tras la muerte de Mike Zacharius, Gaia hace el intento por continuar con su vida cargando con el dolor de haber perdido al ultimo miembro que quedaba de su familia. Una ta...
-¡Quiero 60 más! - ordenó el ojiazul caminando entre los jóvenes cadetes que estaban en el suelo.
-T-teniente, no siento mi estómago... - jadeó de agotamiento uno de los chicos, haciendo que los demás se quejasen al unísono.
-Si querían flojear, se hubieran largado el primer día - se paró en frente de todos ellos para ser escuchado - ¡Esto es la Legión de Reconocimiento! Cuando los estén persiguiendo los jodidos titanes allá afuera ¿Se detendrán a pensar en lo mucho que les duele el estómago o van a luchar? ¡Dije que 60! ¡AHORA!
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(Sin darme cuenta, he estado escribiendo el apellido de Floch como Foster cuando en realidad es Forster... Pero dejémoslo así okey?)
Floch Foster, quién era el recluta más cercano al teniente Hilmore, lo estudió de pies a cabeza. Por lo general, su entrenamiento era rudo más no excesivo, no era la primera vez que algo personal parecía afectar también su trabajo pues una vez casi lo muele a golpes en plena rutina. En cierto modo le preocupan. Kairos Hilmore era digno de admirar por su rápido desempeño teniendo tan poco tiempo en la Legión y su honorable trabajo como ex Policía Militar... Este comportamiento no era propio de él, según Marlow, nunca dejaba que los demás notaran que algo lo estaba atormentando.
Más que su mentor, lo veía como su amigo. Y por desgracia, sabía la razón de su sufrir. Todos lo sabía, la vida en el cuartel era muy rutinaria pero no había nada que corriera más rápido que un chisme dentro de estas paredes. Lamentable.
-Ugh... Creo que vomitare... - murmuró un cadete.
-Mierda, que pesado... - quejó otro haciendo los abdominales, todos cuchicheando mientras el mentor estaba lejos.
-No es nuestra culpa que lo engañara su mujer.
-Bien... Ahora ya sabemos por qué lo hizo...
Floch giro hacia ellos - ¿Quieren callarse? ¡Eso no es asunto de ustedes!
Uno rió - ¿Que pasa, Foster? ¿Te molesta que hablen de tu amiguito?
-Pedazo de...
-Mejor ve a consolarlo ¿Si? - incitó - Después de todo siempre estás con él... ¿No será que lo quieres...?
Floch se quedó callado y lo miró con rabia. No podía ni quería dejar que hablasen así de Kairos, fue el primero en tratarlo bien cuando entro a la Legión y siempre se preocupaba por su bien incluso en los entrenamientos. Floch creció en una casa de cuidado, porque sus padres lo dejaron ahí y jamás regresaron asi que se aferra a cualquier cosa que lo mantenga emocionalmente estable, incluso defendiéndola si hace falta. Kairos en este caso.
Ese sentido de chico genial que el se creía solo cedía con su superior cobrizo, era su héroe, lo cuidaba como a un hermano... quería llegar a ser como él, inteligente, valiente y amado por todos... Amado también por él. Si algo le pasaba a Kairos, ahora núcleo de su obsesión, era probable que Floch perdiera la cabeza.
