treinta

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Deja escapar el humo sobre el rostro del peliblanco, quien sonríe, dejando la soda de lado.

- ¿Aún te duele? - inquiere Raúl, tocando la pierna del menor con la suya propia, dándole un golpecito.

- No tanto, ya sabes como es. - responde con un susurro, moviendo el pie de un lado al otro. - Lo de siempre.

- Debí traerte unas pastillas, - continúa, dejando escapar el humo entre los dientes de nuevo. - nos hubiésemos drogado...

El peliblanco ríe, apoyándose sobre el brazo del mayor, esforzándose por no acercar sus manos, así que le quita el cigarrillo de entre los labios para llevarlos a los suyos propios. - ¿Y tu novio? ¿Te canceló? - inquiere, dejando escapar el humo.

- No es mi novio, y no me canceló. - responde con sencillez. - Pensé que debía venir a verte ya que casi te matas mientras no te veía por un momento.

Comparten una risa quedita, mientras Auron apoya la cabeza sobre la de su amigo, quien olvida como respirar cuando siente el gesto, y no quiere sentirse así, con la respiración errática y el estómago cosquilleando, pero se siente así, feliz por el instante en que eso dura.

- Auron, - llama, sin moverse de su posición. - ¿te vas a olvidar de mí cuando Luzuriaga sea tu novio?

Hay un momento de silencio, aterrador y horrible silencio, que casi parece que se lo quiere trabajar vivo, pero que no lo hace porque el pelinegro vuelve a hablar.

- ¿Cómo crees que me voy a olvidar de mi bailarín favorito? - cuestiona, levantando la cabeza para mirarlo. - ¿Se te olvida que somos tú y yo contra el mundo?

Es Rubius quien le suelta el aire en el rostro cuando lo mira de vuelta. - Las cosas cambian. - se excusa, Raúl le quita el cigarrillo de entre los dedos, sonriendo.

- Tú y yo no.

m i s e r y -rubegetta-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora