Se estaban riendo en voz baja para cuando tocaron la puerta con los nudillos, ambos dándose golpecitos para tratar de callarse, lo que a su vez los hacía reírse más, el viejo profesor Muñoz les abrió la puerta, parecía cansado y aburrido, aunque siempre lucía así, para ser honestos.
— Buen día — saludó Raúl, tratando de borrarse la sonrisa del rostro. —, lamentamos la tardanza.
— Pasen, y guarden silencio. — respondió mecánicamente el hombre, quien les dio paso al salón, acomodando el libro entre sus manos.
Ese salón en especial era de los favoritos de Rubén, la clase no tanto, pero los asientos estaban acomodados en distintos niveles, pero esta vez parecía más lleno, descubrió rostros que había visto antes pero que no pertenecían a su salón, y mirando alrededor, descubrió a Luzuriaga, y sentado junto a él estaba Samuel.
Raúl no había visto nada, estaba demasiado ocupado tratando de encender su teléfono mientras caminaban a sus lugares, seguía un poco ebrio.
Alejandro les había guardado sus puestos de siempre, mirándolos con severidad. — ¿Y toda este gente? — pregunta Rubén, sentándose junto a Alex.
— Parece que el profesor de los de tercero renunció y hasta que tengan un reemplazo vamos a compartir clase. — explica, anotando algo en su cuaderno sin prestar mucha atención. — Es solo para que no hagan alboroto, por nada más. — continúa, mirando de soslayo al ojivioleta a unos metros de ellos. — Y qué suerte, tu amiguito y el bobeito de Auron están aquí también.
— ¿Cómo? — inquiere el mayor, levantando la cabeza y buscando con la mirada a Luzuriaga, lo encuentra sentado junto a Samuel, no lo está mirando de vuelta, y tiene algo parecido a un ceño fruncido en el rostro.
— Que suerte, macho. — bufa Rubius, entornando los ojos mientras también empieza a garabatear en su cuaderno. — ¿Crees que encuentren un reemplazo pronto?
— Coño, yo espero que no. — murmura Raúl, buscando la mirada de Borja, quien está demasiado ocupado dándole la espalda para hablar con Samuel.
Pero los ojos violetas sí que lo miran, tan severos que casi lo hacen inclinar la cabeza, cohibido.
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m i s e r y -rubegetta-
FanfictionLa desdicha en un artista es lo pero que puede existir, Rubén Doblas lo sabe, y sabe, también, que él se ha convertido en eso: un artista desdichado. Todos encontramos dicha en algo, y a pesar de que él la busca en todos lados, lo que menos espera e...