veinticuatro

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- ¿De verdad te gusta ese chico? - inquiere el pelinegro, deslizando los dedos por las cuerdas de la guitarra, Luzu suspira, mirándolo con curiosidad. - Quiero decir... es algo... no sé...

- Lo sé. - responde Luzu. - Pero me gusta. - afirma. - Es algo... diferente.

- Lo diferente no siempre es bueno. - regaña Samuel, mirándolo con dureza, Luzu lo mira también.

- No te pongas poético, Sam. - dice él, mientras el pelinegro continúa tocando la guitarra suavecito. - Además, pensé que te había agradad~

- Sabes que le mola a su amigo, ¿no? - suelta de pronto, dejando de rasgar las cuerdas de la guitarra, mientras la sonrisita en el rostro del contrario se disuelve. - Al bailarín.

- ¿El bailarín que te ha estado siguiendo? - cuestiona, ladeando la cabeza. - No creo que le mole Auron, ¿no estás celoso, Sam? - continúa, tratando de volver a reírse. - Nadie me va a apartar de tu lado, eres mi músico favorito.

- No estoy celoso. - continúa, dejando la guitarra de lado. - No quiero que un tontito de turno te lastime, eres como mi hermano pequeño, tronco.

- Te va a terminar agradando. - asegura Luzu, con una sonrisa. - Es un buen chaval.

- ¿De quién hablas? - cuestiona cuando el castaño se pone de pie, encogiéndose de hombros.

- Me tengo que ir, hoy son las audiciones para el protagónico de la obra de aquí. - avisa. - ¿Vienes?

- Me gustaría... - admite. - pero tengo que ir a practicar...

- No te estreses mucho, ¿bien?

- No prometo nada.

El castaño finalmente sale del salón vacío, dejando a Samuel allí, guardando la guitarra en su estuche, y mientras lo hace, escucha su teléfono en su bolsillo, así que lo toma, mirando el mensaje que ha llegado.

Número desconocido

me deseas suerte hoy, guapo?
tengo que patear traseros, así que quizás me tenga que romperme una pierna

Samuel De Luque iba a asesinar a ese bailarín con sus propias manos.

m i s e r y -rubegetta-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora