veintiocho

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- No quiero verte. - dice, girando el rostro en dirección contraria a donde el pelinegro se ha puesto de pie.

- ¿Qué? - inquiere, ya no tenía el estuche colgando del hombro, sino que había una bolsa de papel ocupando lugar en una de sus manos. - ¿Estás bien?

- Te fuiste. - murmura, aún sin mirarlo. - Estabas allí por mí, aunque yo te hice venir, y aunque estabas enojado, estabas allí por mí.

- Tenía clases. - se excusa, y no sabía bien como reaccionar o que hacer, porque solo había ido allí para llevarle algo de comida y felicitarlo por el protagonico que seguramente había conseguido. - ¿Doblas, qué~?

- Me estabas viendo, - continúa. - a mí, y te fuiste.

Quería continuar, porque era mucho más complicado que eso, quería decirle lo que había estado pensando: "Me estabas viendo, a mí, y ya nadie me ve a mí, antes todos lo hacían, pero ahora solo lo haces tú... y te fuiste", pero él no iba a decirle solo eso.

- Doblas, no puedes estar hablando en serio, - casi se ríe, esperando a que el peliblanco finalmente deje el berrinche al que se ha aferrado. - yo sol~

- Largo, no quiero verte. - insiste. - Todo esto es por tu puta culpa, viniste a verme y luego te fuiste.

- Tengo clases, Rubén, no puedo quedarme para ver una tonta audición de una obra. - continúa, presionando la bolsa en su mano.

- Nadie te pidió que vinieras, tú viniste y te fuiste después, fue tu puta culpa que me cayera.

- ¿Te caíste? - inquiere el pelinegro.

- ¿Y a ti qué coño te importa? - pregunta él de vuelta. - Tú fuiste quien dijo que no éramos amigos, entonces vete de una puta vez.

El pelinegro obedece, más por su propio orgullo que porque el contrario se lo pide, mantenía presionada en su mano la bolsa de papel en la que llevaba la hamburguesa que había comprado para el tonto bailarín ese.

Que desperdicio...

Recordó entonces porque sólo tenía un par de amigos, y recordó porqué no necesitaba más que eso.

Así era, y que imbécil había sido de pensar lo contrario.

m i s e r y -rubegetta-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora