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Cuando llegaron al apartamento, ya era de noche. Al llegar la menor fue recibida por wolf, quién empezó a saltar contra ella al verla entrar nuevamente a casa.

Pero rápidamente el canino empezar a seguir a Minho al verlo con una bolsa de comida de perro en sus hombros. La castaña enarcó una ceja al ver como su 'mascota' empezaba a mirar al rubio como si fuera su propio dueño.

Esperando a que lo alimentara, cosa que la menor se encargó a hacer al fin y al cabo. Sirvió la comida del perro en un plato de plástico y lo dejo en el suelo, al finalizar lo miró con una sonrisa y se volteó para preparar la cena.

Después de una hora y media _____ había logrado hacer un poco de ramen con la carne de res que había cocinado horas antes. Sirvió dos raciones en recipientes distintos, con los palillos en mano caminó con cuidado a la mesa dejando uno delante del otro.

Llamó a Minho, una, dos veces. Pero no escuchó respuesta o siquiera sus pisadas acercarse. Pronto se percató que wolf tampoco estaba cerca, algo asustada imaginando miles de cosas que podrían estar pasando en ese instante.

Caminó nombrando principalmente a su mascota, sus pies se detuvieron al balcón que estaba cerca de la sala. La ventana estaba abierta y al apartar la cortina su respiración volvió a ser más calmada y pausada. Minho estaba de espaldas a ella, wolf estaba recostado a su lado, permitiendo que el rubio acariciara su lomo con lentitud.

_____ suspiró aliviada, exageraba si decía que había creído que por un momento wolf se había lanzado por el balcón.

Minho al escucharla giró su cuello y la observó parpadeando lentamente, cada movimiento que hacía parecía llevarlo en cámara lenta, y eso solo bastaba para que la menor quisiera quedarse mirando fijamente cada facción de su rostro.

— La cena está lista —Dijo en voz baja. Minho en ese momento volvió a girar su rostro, _____ se percató de que el tenía un cigarrillo en la mano.

Lo vio llevarlo a sus labios, a causa de que había decido sentarse en el lado derecho de wolf. El sonido de la colilla del cigarrillo desintegrarse llenó sus oídos, al momento de terminar lo alejó con su dedo índice golpeteando la parte de arriba para que las cenizas se abajo se cayeran.

El humo grisáceo salió de entre sus labios con suavidad, el viento lo movió lejos de la terraza. Desapareció a los pocos segundos mientras Minho veía el cielo nocturno, la luna y las estrellas que iluminaban y a la vez demostraba la opacidad de la noche que rodeaba todo Gimpo.

— No voy a cenar —Respondió suspirado, con su mano derecha acarició la cabeza del canino, con poca suavidad pero si ser brusco.

_____ lo siguió observando en silencio, cada movimiento parecía hacerlo con tanta seguridad y se sencillez, como si ya estuviese acostumbrado a su totalidad fumar y deshacerse de humo.

— El tabaco quita el hambre —Pronunció frunciendo su ceño, carraspeó su garganta y miró de reojo a wolf, quien había levantado la cabeza para observar el cielo.

____ abrazó sus piernas con algo de frío. De repente el hambre se le había ido como si nada, solo se dedicaba a observar como Minho acababa con sus propios pulmones de una manera lenta y pausada.

— ¿Desde cuando fumas? —_____ rápidamente desvió mirada de Minho al percatarse de lo que había preguntado. Ni siquiera lo había pensado, solo lo dijo y ya.

Minho giró a verla al escucharla. Pasó su lengua por su mejilla interior y luego por los labios.

— Desde los dieciséis —Dijo con una voz ronca y áspera. La menor pudo sentir un temblor al escuchar su voz de esa forma. Era tan hipnotizante.

— ¿Por qué?

— Libera estrés —Bufó mientras cerraba los ojos y relamía sus labios secos. Su pie se movía contra el suelo frenéticamente, cosa que ella notó.

— Bueno, no te ves muy calmado.

Minho abrió sus ojos y giró a verla, preguntándose a qué se refería. La menor apuntó con su dedo su pie y el entendió de inmediato. Un silencio de unos minutos irrumpió la conversación.

_____ ya estaba creyendo que lo menor sería irse, pero Minho habló antes de que eso pasara.

— ¿Por qué no vives con tu padre? —Preguntó al recordar que ella antes vivía con ese hombre que solía hacerle la vida imposible.

_____ se encogió de hombros.

— ¿Te echó? —Frunció su ceño, sintiendo algo de molestia repentina.

— No, solo... —Ella negó suavemente en tanto sentía algo presionar su pecho y parte del cuello. Sonó si algo le cortara la voz y no la dejara hablar correctamente. Con voz algo temblorosa respondió sin querer dar muchos detalles — Quería alejarme de él.

El rubio hizo una mueca, viéndole se reojo con cierta pena.

— ¿Tienes hermanos? —Trató de cambiar de tema para evitar un sentimiento de culpabilidad que cargaba desde que vio sus ojos brillando por retener las lágrimas.

_____ sorbió su nariz y asintió suavemente sin mirarlo. Una diminuta sonrisa se formó en unos labios al recordar su germano mayor.

— Si, un mellizo —Sonrió con melancolía — Soy menor que el por dos minutos.

— ¿Y donde está?

_____ borró su sonrisa y parpadeó sin tener respuesta del todo clara.

— No lo sé.
















Yo nada más quiero ver como todas quedan como 🤡 diciendo el nombre y la persona equivocada.

BODY┃LEE MINHO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora