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— ¿Estas bien? —Preguntó Bang Chan en voz baja, adentrándose a la habitación del primer piso en el que ____ debería estar. Pero al no verla, sintió una gran cantidad de estrés acumularse en la parte frontal de su cráneo.

Sin embargo, esa sensación fue desapareciendo a medida que escuchaba unos ruidos provenientes del baño, y después, una suave llovizna viendo de la regadera que había sido abierta en pocos segundos después de haber entrado del todo a la habitación.

Estando seguro de que todo estaba bien en ese cuarto, decidió salir de ahí para ir a hablar con Jeongin y comunicarle que la menor se encontraba bien y que ahora estaba tomando un baño. Pero al llegar, se encontró con el peli negro colorándose su respectiva chaqueta.

— ¿Y bien? —Preguntó notando la presencia de Bang Chan reaparecer en la sala. Mientras el ahora ataba las agujetas de sus botas.

El peli naranja lo observó un tanto confundido por lo que se encontraba haciendo. Parecía estar preparándose para salir.

— Se está bañando —Dijo en voz baja, sin dejar de ver los movimientos de Jeongin, quien después se atar sus agujetas se propuso a sacar un arma del borde de sus jeans, alertando al peli naranja — ¿Que crees que haces?

— No me voy a quedar —Dijo pasando su mano libre por el cargador que guardaba en el bolsillo de su chaqueta. Por último quitando el cartucho usado y colocando uno nuevo —Es obvio lo que le hizo ese bastardo, y voy a ir a buscarlo.

Antes de siquiera poner un pie fuera de la sala, Bang Chan se interpuso en su camino.

— No vamos a dejarla sola.

— ¿Quien te dijo que irías conmigo? —Preguntó sin ganas. Para sorpresa de Bang Chan, la mano de Jeongin lo empujó, pero el volvió a su interior posición para frenarlo — ¡Quítate de mi camino Bang!

Al momento de gritarle al contrario, ambos parecieron escuchar un ruido un poco fuerte viniendo de una de las habitaciones.

Exactamente en donde se encontraba ______.

El peli negro fue más rápido y corrió a la habitación, con Bang Chan siguiéndolo de cerca para saber a qué se debía ese ruido. Al entrar, no se escuchó nada más que el agua correr. Pero Jeongin tenía un mal presentimiento de todo eso, y al entrar al baño, lo confirmó.

— No, por dios no...

El agua se estaba tiñendo de rojo.

Se acercó lo más rápido que pudo, casi cayendo por el agua que salía de la bañera, tomando sus brazos y tratando de levantarla. Percatándose de que se había metido en la bañera llena de agua con ropa, dándole como indicación de que con anterioridad ella lo había planeado. Estaban tan aterrado y con el corazón latiendo a mil que ni siquiera se percató de que Bang Chan lo estaba ayudando a sacarla de la bañera al ver lo que había hecho.

— No, por favor... —Habló asustado tomando su cuerpo entre sus brazos, sosteniendo su rostro cerca de su pecho mientras trataba de despertarla con leves golpes en sus mejillas mojadas. De a poco sintiendo su pecho oprimirse mientras Bang Chan trataba de decirle que la soltara, pero el no escuchaba.

— No te vayas, despierta joder... —Dijo con la voz temblando. Su mano rodeó la muñeca de la menor tapando la cortada profunda que se había provocado, como un inútil intentó de parar la sangre —Dios, por favor, no... Despierta princesa, no te vayas.

Jeongin empezó a derramar lágrimas, las cuales caían sobre sobre el rostro de la menor.

Bang Chan, desesperado buscaba un botiquín de primeros auxilios en los rincones del baño. Y cuando lo encontró se volteó hacia ambos, y con el corazón a punto de salirse de su pecho le dijo que lo dejara vendar su muñeca antes de que empeorara.

El peli negro le hizo caso, sin dejar de abrazarla y tratar de controlar los sollozos, en tanto Bang Chan vendaba la muñeca herida de la menor.







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Soltó un quejido nuevamente, aparentando su mandíbula con fuerza. Aunque tratara, no podía pensar en otra cosa que no fuerte en el movimiento pélvico tan violento que Hyunjin proporcionaba a su entrada y en el dolor que este le provocaba.

Era tan bruto que sentía por poco que la iba a romper.

Sus lágrimas seguían cayendo mientras que Hyunjin besaba su cuello. Mordiendo y lamiendo cada porción de su piel sensible que con cada tacto, le hacía sentir su piel arder y entumecerse a medida que los minutos pasaban.

Cada segundo, cada minuto, eran décadas.

Soltó un grito ahogado al sentir como Hyunjin penetraba nuevamente con fuerza su entrada, mientras el solo sonreía y susurraba palabras obscenas al oído de la menor quien sin fuerzas trataba de soltar el agarre que el poseía sobre su mano derecha. Provocando que el contrario soltaba un suspiro mientras que el aceleraba las estocadas. Cada vez más fuerte, más bruto.

_____ sintió sus ojos arder, en tanto mordía su labio inferior con fuerza. A este punto no sentía dolor, y si lo sentía, diría que es mínimo. Aunque su labio reventado estuviese ardiendo como el mismo infierno, ella seguía mordiéndolo y probando ese sabor metálico cada vez con más ganas. Nublando por completo sus pensamientos, los cuales solo gritaban que se detuviera, que despertara de esa pesadilla tan horrenda.

Pero sabía que no podía... y que la única manera de sentirse bien después de esa horrenda noche, sería metiendo la boca de una pistola entre sus dientes para luego jalar del gatillo.

En un momento, sus dedos se deslizaron con lentitud sobre la acera, chocando con algo.

— Joder —Gruñó besando su barbilla para luego mirarla con deseo. Encontrándose, para su sorpresa, con una diminuta sonrisa en los labios de la menor.

En cuestión de segundos la mano izquierda de _____ se elevó para tomar de la mejilla del pálido. Acariciando su piel blanca con suavidad, todo antes de levantar su rostro para saborear los carnosos labios del mayor.

Hyunjin sonrió en medio del beso, sintiendo ese sabor metálico que tanto lo volvía loco.

Pero al momento de separarse de esos labios que tanto había querido tomar entre sus dientes. Sintió un tacto frío bajo su mentón, algo presionaba la parte inferior de su mandíbula.

Su sonrisa se borró al percatarse de lo que sucedería si no actuaba rápido. Y para cuando quiso detenerla, ya era demasiado tarde. Y así, el último sabor que pasó por su lengua, no fue la sangre de la menor al besarla, sino, las consecuencias de sus actos.

La sangre salpicó su rostro, al mismo tiempo en el que sintió su peso muerto caer sobre el de ella. Se levantó quitándose el cuerpo de Hyunjin de encima, sintiendo como su miembro salía de su entrada a la puerta por el empujón que le había dado. Todo mientras sus lágrimas empezaban a caer con suavidad, confundiéndose con las gotas de lluvia que caían a los pocos segundos de lo que acababa de ocurrir.

— Tan carita y tan hijo de puta —Rió sin gracia levantándose de ahí para quedarse al lado de el cuerpo del pálido.

Veía como convulsionaba mientras que toda la sangre salía de su boca. Soltó una risa neutra, sin emociones, mientras que con cada segundo que pasaba seguía disparándole sin expresión alguna. Seguía jalando del gatillo hasta que se había quedado sin balas.

Lo había matado.

Había sangre en sus manos y rostro. El arma tenía sus huellas.

Todo estaba en ella.

BODY┃LEE MINHO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora