Epilogo

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Tiempo atrás...

Un suave quejido y sus rodillas casi tocan el suelo de no ser por el peli negro quien sostuvo su cuerpo antes de que siquiera lograra perder su fuerza. Mientras pasaba su brazo libre por sus hombros para sostenerlo mejor y comenzar a caminar con urgencia hasta un árbol cercano a ellos.

Con suavidad hizo que el cuerpo de su compañero se sentara apoyando la espalda en el árbol. Mientras esté tosía sangre a no más poder, con los ojos brillando a causa de las lágrimas retenidas por el dolor tanto en su abdomen como en su pierna.

— Déjame ver —Pidió el pálido tratando de levantar la camisa manchada de sangre. Recibiendo una negación por parte del herido quien volvió a quejarse antes de alejar la mano del contrario.

— N-No —Su voz grave hizo eco en la cabeza de Jeongin.

El castaño siguió tosiendo. La sangre caía del costado de su boca, manchando su vestimenta y rostro. Después de unos segundos, el castaño se decidió a dejar a Jeongin que curara aunque sea la herida de su pierna, vendándolo lo suficiente con un pedazo de tela para que dejara de sangrar.

No dudaría mucho. Jeongin era consciente de ello, pero seguía teniendo la falsa esperanza de poder llevárselo con el a un lugar seguro.

Cuando los disparos dejaran de sonar en el área, podrían irse de ahí.

Solo debían aguantar un poco más.

— Estas sangrando... —Susurró con voz entrecortada el castaño, viendo de a poco como la cortada en el cuello del contrario iba dejando caer líneas de sangre, manchándolo.

El pálido no dijo nada, sólo hizo una mueca y miró detrás del árbol.

Los disparos y los gritos aún no paraban. Las dos pandillas no iban a parar hasta ver a cada uno de los integrantes del grupo contrario muertos.

Si bien era la mano derecha del líder, le importaba poco el hecho de tener que ir y cubrirle la espalda.

Seungmin era mucho más importante.

— _____ va a matarme... —Dijo de repente. Jeongin lo observó sonreír de costado, ya sin fuerzas. Ni siquiera podía respirar correctamente sin toser una sola vez, mientras veía el cielo oscuro lleno de estrellas, pensando en su hermana y en lo fracasado que se sentía al no poder cumplir su promesa.

El peli negro lo miró fijamente y luego desvió su mirada. Hace mucho que no veía a la pequeña _____, aquella niña a la que solía molestar por sus colitas y su voz tan chillona.

Inconscientemente sonrió al tener ese recuerdo presente en su mente. Bajando la mirada para que su fleco tapara sus ojos y parte de su expresión. 

Seungmin pasó su lengua por sus labios secos, cerrando sus ojos y tratando de tolerar el dolor en su abdomen, el cual iba incrementando a medida que el tiempo pasaba.

De repente, los recuerdos de su hermana empezaron a atacarlo. Y entre tantos recuerdos y memorias que atormentaban su más temible miedo, observó a Jeongin con los párpados pasándole.

— Hyung... —Lo llamó con la voz tan baja, pero que logró llamarle la atención al pálido.

Jeongin levantó la mirada, encontrándose con la mirada brillosa de Seungmin, sorprendido por escucharlo llamarle con honoríficos. El castaño lo veía con una diminuta mueca, tratando de sonreír aunque sea un poco, inútilmente.

— ¿Que sucede? —Preguntó en voz baja.

— ¿Podrías... —Tosió un pico al hablar, sintiendo un cosquilleo en su garganta —... cuidar a ____ por mi?

BODY┃LEE MINHO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora