Cuando Jisung se fue, Minho decidió ir a darse una ducha.
Sus pisadas se detuvieron y empezaron a ser más cuidadosos, con dirección a la habitación en total silencio. Se adentró al cuatro, viendo con detalle como la menor seguía profundamente dormida, se veía tan tranquila que prefirió no interrumpir su momento de paz.
Busco en el armario ropa para ponerse, decidiendo al final un conjunto cómodo. Una simple camisa negra de mangas cortas y unos pantalones deportivos grises.
Caminó fuera de la habitación teniendo como última imagen a la menor removerse sobre la cama junto a un suspiro. Esa imagen se mantuvo en su mente por unos segundos, en el transcurso del baño de me había salido una sonrisa al ver lo tierna que se veía dormida. Parecía un bebé.
. . .
El sonido de la ducha se ocupó de distraer su mente de todos los problemas que atormentaban su día a día. El simple golpe continuó de las gotas caer sobre la cerámica le hizo relajar cada músculo de su cuerpo, sacándole un suspiro mientras pasaba sus manos por su pecho mojado, subiendo hasta el cuello y terminando por masajear su nuca y luego por su cabello humedecido. Ambas manos taparon su rostro para luego echar su cabello hacia atrás, la serenidad que le causaba el simple sonido de la lluvia proveniente de la ducha era simplemente magnífico.
No era el tipo de persona que se estresaba con facilidad, tampoco el tipo de chico que permitía que el motivo de la clave de su agobio fuera una simple mocosa de dieciséis. Y tenía claro que ____ no tenía la culpa, en todo caso, todo estaba sucediendo por sus mismas acciones pasadas.
Lo de invitarla en su zona de trabajo de fue del todo un error, más bien, sentía que le había hecho un favor.
Aún recordaba como sus ojos brillaban bajo la oscuridad de la noche, como si el fuera un tipo de principe que la logró sacar de uno de los peores martirios. Si seguía recordando ese simple detalle, después de días, semanas e incluso meses, era capaz de recordar muchas cosas más sobre la menor.
Pero si no fue un error, y terminó haciendo un favor para ella, ¿que ganaba con ello?
Pasó la esponja por sus hombros, tirando su cuello hacia atrás para tener más comodidad a la hora de pasar el objeto suave por sus clavículas, limpiando cada centímetro de piel pálida subiera por tatuajes, pasando por último la esponja por su cuello. Dejó la esponja en una pequeña repisa que se encontraba dentro de la ducha, donde permanecían las cremas para el cabello que luego utilizaría. Pasó sus manos por el resto de su piel, enjuagando el resto de su piel.
Quizás si había ganado algo, pero aún no podía verlo. Aún no lograba entender que era lo que hacía sentir tan... afortunado.
Dejó escapar una suave quejido al momento de pasar su mano por el moretón que se había formado en uno de los gemelos. En su pierna podía verse un gran hematoma de dolor púrpura y en el centro un color bordo opaco, siseó suavemente y decidió dejar de lado eso para tomar el jabón líquido y colocar un poco en su mano izquierda.
Su mano pasó por su pelo rubio, empezando a masajear con determinación su cuerpo cabelludo para lavarlo bien.
Meditaba bien la idea sobre llevar a ____ a Australia creyendo que sería buena idea en el principio. Pero ahora no lo tenía muy en claro, sentía que podría pasar algo estando el ausente, pero en parte Bang Chan estaría con ella.
No podría dejarla sola de nuevo.
Si era capaz de quedarse dormida en medio de una fuga de gas, y no despertarse en ningún momento, ¿sería capaz de responder unte una agresión? ¿Un secuestro?
____ no era capaz, era débil. Su cuerpo era muy delgado y frágil. Tampoco podía confiarse mucho de sus piernas, que aunque se vieran fuertes a simple vista, no llegarán a dar algún golpe para liberarse de cualquier sujeto.
Definitivamente no podría dejarla sola.
Dejó salir un suspiro de frustración, dejando de enjuagar la crema en su pelo, el cual ya se encontraba suavizado bajo el agua.
Si la entrenaba, podría hacerlo.
— Joder —Maldijo viendo hacia abajo, sintiendo una dureza que provocó cierta molestia en el rubio. Trató de ignorarlo, manteniendo su mente lejos de cualquier pensamiento relacionado con la mocosa que le estaba provocando aquella erección.
¿Como mierda puede ponerme así?
Pensó molesto. El agua caliente chocó contra su rostro, haciéndole cerrar los ojos por obligación.Bajó su mano derecha por su abdomen, apoyando su espalda contra la pared de cerámica. Soltó un suspiro al rodear con su mano su miembro, empezando a mover de arriba hacia abajo, en movimientos lentos y tortuosos. Cerrando sus ojos y dejando que su imaginación fluya por sí sola.
Imaginar era una de las cosas que se le daban bien, y eso ya podía agregarse a uno de sus talentos. Imaginar a ____ de rodillas, verla en su mente como una total sumisa ante su tacto era uno de sus sueños húmedos favoritos.
Quería poder tocar esa piel bronceada, verla sin una sola prenda encima. Escuchar como gemía en su oído mientras el se encargaba de cogerla a su antojo, tomándola como un animal salvaje y hambriento por el sabor de su sudor.
— Mierda, _____ —Soltó un gruñido reprimido anteriormente. Los movimientos de su muñeca eran cada vez más rápidos, mientras su mano desocupada acariciaba su abdomen, imaginando a la menor pasar sus manos por su piel tal y como él lo haría.
Podía recrear su voz en su cabeza, podía escucharla pronunciar su nombre de una manera tan inocente.
Su mano se detuvo en la punta de su hombría, cerrando su mano alrededor de la cabeza de su pene para poder empezar a acariciarse de forma circular. Echando su cabeza hacia atrás, soltando varios gemidos roncos y quejidos por la sensación que le daba su propia mano.
Sus abdominales se tensaron por completo, su mano no se detuvo pero en cuanto soltó un gruñido animal que provino desde el fondo de su garganta, supo que ya había eyaculado.
El agua se encargó de eliminar cualquier tipo de evidencia.
Sin embargo, del otro lado de la puerta del baño. Una menor se encontraba del otro lado de la puerta con una mandíbula casi en el suelo por lo que acababa de escuchar.
Sentía cosquillas en su vientre bajo y cuando escuchó la ducha cerrarse caminó apresurada a la sala, haciendo cuenta de que no había oído al mayor gemir su nombre estando en el baño.
Yo quedé:
ESTÁS LEYENDO
BODY┃LEE MINHO.
Random𝐁𝐎𝐃𝐘┃ 𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨 mantenía aquellos pensamientos sucios a fuego vivo, pensamientos que podrían llevarlo a la perdición por aquella vecina de dieciséis años. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 📍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐄𝐍𝐈𝐃𝐎 𝐒𝐄𝐍𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 📍𝐋�...