Unos días después...
Su caminata bajo la noche era monótona, seguía pensando en los sucesos de hace un par de días atrás. En la forma tan cambiada que tenía la menor, alguien que solía ser inocente y de pocos pensamientos claros.
Alguien que solía conocer.
Era diferente ahora. Pero de igual forma seguía sintiendo esa atracción que a pesar de ser venenosa, a pesar de saber que lo dejaría fuera de rumbo, seguía siendo adictiva como la primera vez.
Distraído por sus pensamientos, Minho chocó con el hombro de una persona, dicha persona lo insultó con molestia.
Era una noche desolada, la humedad era insoportable y con lo grande que era Gimpo, ¿cuantas posibilidades había de encontrarse con la persona que ocupaba sus pensamientos con tanta frecuencia?
Exacto, una en un millón. Pero parecía ser que la suerte estaba del lado de Minho ahora.
Tomó su muñeca antes de que se fuera, pues trató de pensar en las coincidencias, la menor logró aburrirse de su silencio y decidió por último momento seguir su camino.
— ¿Que haces? Suéltame —Trató de soltarse de su agarre, pero el rubio en cambio ejerció más fuerza.
No iba a malgastar su oportunidad.
—Necesito hablar contigo —Dijo con firmeza cuando la castaña ya había dejado de forcejear contra el.
— Yo no. Tengo cosas que hacer —Dijo con molestia, soltándose con brusquedad del más alto.
— Por favor —Rogó como último recurso, haciendo que los ojos de la contraria se abrieran un poco más de lo normal. Parecía sorprendida por su súplica.
La castaña se negó nuevamente. Destrozando las esperanzas que Minho tenía de poder compartir un miserable momento con ella, aunque sea por una sola vez.
Cuando ella ya se encontraba a punto de irse, el soltó que provocó un pequeño click en la cabeza de la femenina.
— ¿Que se supone que tengo que hacer? —Preguntó con odio a la actitud que la menor tenía con el. Se sentía menospreciado, avergonzado y... triste de que ella lo estuviese tratando de tal forma —Joder, solo quiero hablar contigo, no pido nada más.
_____ se quedó muda, solo se quedó ahí, de espaldas al rubio quien seguía comiéndose la cabeza pensando en que hacer. Hasta que fue muy tarde para pensárselo, porque el mayor había soltado una maldición antes de voltearse y empezar a caminar a casa.
Sus pisadas eran apresuradas, parecía querer salir de ese bochornoso encuentro cuanto antes. No sabía bien como sentirse, porque sentía demasiadas cosas, y todas esas cosas llenaban su cabeza hasta hacerle sentir enfermo.
Su próxima acción sería encender un cigarrillo y hundirse en ese humo grisáceo de nuevo, pero un ruido peculiar hizo que volteara su cabeza un segundo para ver de que se trataba.
Sorprendiéndose al ver la silueta de _____ caminando, trotando más bien, para llegar a su lado.
Minho sintió algo en su pecho, no supo bien como describirlo, solo sabía que se sentía... cálido.
Minho no dijo nada más durante la caminata, solo se fijaba en la diferencia de altura que había entre ambos. Es como ese suéter con capucha la hacía ver tan pequeña e indefensa, pero es entrecejo un tanto fruncido la hacía verse de alguien que no se venía con juegos.
Hasta ese punto, Minho daba por hecho que estaba más que perdido.
Cuando ambos parecieron llegar al lugar que Minho había sugerido, las luces tenues parecieron cegar un poco a Minho, quien estaba más que acostumbrado a la luz de los faroles de las afueras. ____ tomó asiento en una de las mesas, quitándose la capucha y dejando que su cabello cayera sobre sus hombros. Mientras Minho solo observaba cada gesto que ella hacía, incluyendo pasar de sus manos por su pelo para peinarlo hacia atrás.
— Entonces, ¿de que tanto querías hablarme? —Preguntó una vez captó la mirada fija del más alto. Parecía querer terminar con aquel encuentro cuanto antes, pero el rubio no lograba captarlo.
Minho abrió su boca unos segundos, acomodándose mejor en su asiento para luego juntar sus manos sobre la mesa.
— Yo... —No sabía ni siquiera por donde empezar —Bueno, fui a buscarte y...
Miró unos segundos a los ojos de la castaña, recibiendo unos pares de ojos oscuros viéndolos fijamente. El contacto visual ya no le parecía algo con lo que darle un mensaje.
Después de titubear tanto, captó que la menor había soltado un suave suspiro, dejando que su espalda chocara contra el respaldo de la silla. Cruzada de brazos.
—No deberías ir a buscarme siempre que se te de la gana —Clamó mirándolo de la forma que en la noche que volvieron a encontrarse.
Minho pasó su lengua por sus labios secos.
— Yo necesitaba hacerlo.
— ¿Para?
El rubio volvió a perderse en sus pensamientos nuevamente. Insultándose así mismo por no poder decir las cosas claras y sencillas, directas como antes solía hacer.
—Porque... me importas —Volvió a mirar a la femenina, esperando obtener alguna expresión diferente. Pero _____ solo se le había quedado viendo por unos segundos con cara de no querer seguir escuchando sus palabras.
Soltando un suspiro, la menor tomó una servilleta que se encontraba en el centro de la mesa redonda. Minho la observó sacar un pequeño bolígrafo del bolsillo de su suéter.
Creyendo que la menor se encontraba dibujando por su aburrimiento, y es que hasta el entendía que se sintiera así, todo lo que intentaba era patético.
— Realmente... necesito, decirte que me... —Su mente se puso en blanco, frustrando nuevamente. Mientras que la menor ya había terminado de escribir algo en la servilleta, y ahora se encontraba viendo al rubio con una incógnita en su mente —gustaría volver a verte, en el caso de que...
— Minho —La voz de la más baja resonó en sus oídos, haciendo que su boca se cerrara para que ella pudiese hablar con comodidad, siendo escuchada atentamente —En serio tengo cosas que hacer.
Su mano se deslizó por la mesa, con la servilleta escrita entre sus dedos. Entregándole su número.
Cuando Minho obtuvo la servilleta en su mano, observó el número escrito ahí, mientras la menor se levantaba acomodándose el suéter.
— Si necesitas algo llámame, ¿si? —Hizo una mueca al verlo algo confundido y desconcertado. Obviamente por su desinterés en su previa charla.
Pero ____ tenía sus razones. Había aceptado su invitación, creyendo que sólo sería una charla de pocas palabras en donde el posiblemente el pediría que fueran a un lugar más ''íntimo''.
Había dejado de lado su previo trabajo que consistía en llevar un par de cosas a la casa de un amigo de Jeongin por aceptar hablar con Minho, y gracias a eso, iba atrasada. Y con eso, decidió darle su número para darle la posibilidad de hablarle o poder acordar otro encuentro.
Con eso último, ____ abandonó el bar. Dejando a Minho con un nuevo sentimiento inundando su pecho.
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BODY┃LEE MINHO.
Random𝐁𝐎𝐃𝐘┃ 𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨 mantenía aquellos pensamientos sucios a fuego vivo, pensamientos que podrían llevarlo a la perdición por aquella vecina de dieciséis años. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 📍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐄𝐍𝐈𝐃𝐎 𝐒𝐄𝐍𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 📍𝐋�...