— ¿Estas loco? —Sentía que no podía gritarle, al contrario. Le tenía miedo a alterar más y empeorar la situación que estaba pasando frente a sus ojos con Minho, quien seguía teniendo el arma en su mano derecha con firmeza.
— Mierda, ¿que querías que hiciera? —Preguntó apretando el mando del arma con fuerza. Cosa que puso nerviosa a ____, quien sin siquiera darse cuenta, había levantado ambas manos a la altura de su pecho como una forma de tranquilizar la situación sin usar palabras —Me dio un puto botellazo en la cabeza.
Un quejido de su parte hizo que ____ sintiera cierta preocupación por el rubio. Observó con detalle las gotas de sangre que caían por el costado de su rostro con suavidad, cada una de ellas cayendo al suelo ensuciando la alfombra.
— Minho, siéntate —Se acercó con lentitud. Mientras el rubio dejaba que ella lo guiara al sofá, su mano presionaba el costado de su cabeza que le ardía como si fuese una quemadura de tercer grado.
Tan pronto como logró sentar al más alto, acercó con cuidado su mano al arma que aún sujetaba. Se la quitó lentamente para que no se alterara, cosa que era imposible, el dolor en su cabeza superaba su interés por tener el arma cerca.
____ se retiró de la sala, colocándole el seguro al arma antes de colocarla en la mesa de la cocina.
Empezó a buscar por la alacena una botella transparente de alcohol, y al encontrarla procedió a buscar las vendas que seguramente, debían de estar en el baño.
Minho siseó con los ojos cerrados. Su mano seguía presionado el costado de su cabeza, como alternativa de parar ese dolor o minimizarlo por unos miserables minutos en tanto esperaba que _____ lo atendiera.
En ese entonces ya habían llegado al departamento. _____ con lágrimas en los ojos y Minho con un dolor insoportable rotando su cráneo.
— Quítate la chaqueta.
Como lo había sospechado, su camisa se había estropeado por la sangre que aún yacía fresca. Cada detalle de su piel pálida era observada con detenimiento por _____, quien intentaba como mucho darle las instrucciones correctas al contrario.
Podía ver cómo su pelo rubio se tornaba de color rojo por toda la sangre que salía de su herida. Estaba desesperado por el dolor que sentía en ese momento, y lo podía notarlo por sus expresiones.
Minho tenía la cabeza agachada, dándole a la femenina la comodidad de poder curar sus heridas. Dichas heridas iban de la parte del cráneo hasta su nuca, y algunos cristales padecieron llegar a cortar parte de su espalda, pero esto último no parecía ser tan grave.
Los músculos tanto de sus brazos como de su espalda se tensaban a cada rato por el ardor que le provocaba el alcohol que pasaba por las heridas, limpiando y desinfectándolo antes de ponerle las vendas en la nuca para que así se curara.
Mientras Minho seguía quejándose, aparentando los puños entre sí. El celular ____ empezaba a sonar. La llamada entrante parecía insistente y desesperada, y eso de cierta forma molestaba al rubio.
___ solo ignoraba el ringtone, cosa el mayor no lograba hacer.
— Atiende, yo puedo solo —El rubio le arrebató las vendas limpias que le quedaban y el alcohol. Durante su intento por curarse así mismo, la menor se le quedó mirando en silencio antes de tomar su celular y levantarse de sofá de mala gana.
El nombre de Jeongin alumbraba el área que había en el balcón, a causa de la oscuridad y falta de luz. Pues ____ prefería darle espacio a Minho, mientras ella respiraba aire fresco y atendía la llamada entrante.
— ¿Jeongin?
Un silencio sepulcral hizo que la piel de la menor se erizara, sumándole a eso una respiración un tanto lenta y tormentosa.
— ¿Jeongin?
— ¿Por qué estás con el? —Sonaba desilusionado.
____ observó las calles hasta que su mirada se cruzó con algo que le llamó la atención, y a su vez, le heló la sangre.
— ¿Como sabias que...?
— Eso no importa —Gruñó mientras dejaba de sostener su peso en el auto para caminar un poco más cerca la luz del faro. La capucha de su suéter hacía que sus facciones no pudieran verse del todo bien.
____ escuchó un golpe seco detrás suya. Volteó unos segundos antes para poder ver el interior del departamento. Sin rastros de Minho.
— Encontramos al tipo... —La voz de Jeongin, tan ronca y áspera provocó que ____ se volteara para prestarle atención.
La castaña mordió su la inferior con cierto nerviosismo, sabiendo que se refería a la persona culpable de la muerte de su hermano.
— ¿Y bien?
— Creo que nos equivocamos de persona...
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BODY┃LEE MINHO.
Random𝐁𝐎𝐃𝐘┃ 𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨 mantenía aquellos pensamientos sucios a fuego vivo, pensamientos que podrían llevarlo a la perdición por aquella vecina de dieciséis años. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 📍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐄𝐍𝐈𝐃𝐎 𝐒𝐄𝐍𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 📍𝐋�...