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El aroma a café inundó sus fosas nasales.

Una suave melodía le provocó confusión al momento de abrir sus ojos. Sintiéndose desorientada y perdida ante ese lugar desconocido en el que se encontraba. Mientras de a poco se iba sentando en la cama, se percató que su ropa era distinta.

Ahora tenía puesto un camisón largo y blanco. Cosa que lo único que logró fue provocarle un torbellino de preguntas que de a poco le fue carcomiendo la mente.

El sonido del agua hirviendo le hizo girar su rostro un poco. Percatándose de que la puerta de la habitación estaba entreabierta, dándole la posibilidad de levantarse de ahí.

Se levantó con un dolor agudo en la nuca y parte de su cuello. Algo que de cierta forma la preocupó mientras se encaminaba en la puerta en total silencio, pasando su mano por esas zonas en las que el dolor llegaban a marearla sola por estar de pie.

Sus pies se movieron por el estrecho pasillo, escuchando cada vez más cerca el agua hirviendo que seguramente prevenía de la cocina, y la suave melodía la cual no podía descifrar de dónde venía. Pero se detuvo dando un pequeño salto en su lugar al ver una bola pequeña de pelos color blanca correr hacia ella. ____ no tardó mucho en darse cuenta de que se trataba de su mascota, Hero. La cual no dejaba de dar pequeños saltitos para que ella la tomara en brazos y la acunara cerca de su pecho.

____ soltó un suspiro de alivio al tenerla ahí. Algo que se preguntaba a penas se despertó, fue donde se encontraba el pequeño pelaje blanco. Tomó a la pequeña aún pensando algo en concreto.

La caída. Su casa hecha cenizas.

Todo la tenía mareada y totalmente desorientada.

Y así estuvo hasta que una silueta se mostró delante de ella.

— Oh, ya despertaste. ¿Como te encuentras?


. . .


— ¿Estás completamente seguro de que la trajiste y que no fue una ilusión tuya? —Preguntó después de varios intentos por resolver el problema que se estaba llevando a cabo en su propia casa.

Vio al rubio pasar su mano por su pelo una y otra vez. La frustración que estaba teniendo se ponía notar de lejos, al igual que su rostro pálido como si se hubiese enterado de algo horrible.

— Joder, si —Soltó con voz ronca —Ella estaba aquí durante la noche. Durmió en la habitación de arriba, y cuando desperté ella no estaba.

— Minho, quizás se fue por una emergencia.

El rubio dejó salir una rica seca por la ingenuidad del pali naranja.

— ... O podría haber venido el idiota de Jeongin y se la habrá llevado, ¿no? —Dijo con rabia al hablar del chico que meses antes había nombrado con Jisung, en una de sus cuentas conversaciones.

Bang Chan soltó un suave suspiro dejando salir un humo blanquecino, por el frío que hacía en su propio hogar. Observó al rubio con cierta desaprobación con respecto a su actitud tan ácida y malhumorada.

— No deberías pensar así —Susurró después del pequeño silencio que se había formado — _____ sabe cuidarse sola.

Y estaba en lo cierto. Después de semanas conviviendo con ella antes de llegar a Australia, pudo asegurar el simple hecho de que _____ podía valerse por ella misma.

Confiaba en la teoría de que ella estaría bien.

— Tu no la conoces —Habló sonriendo de lado con burla a lo que había dicho.

— La conozco mejor que tú —Dijo con seguridad de lo que hablaba. Minho lo observó con seriedad a medida que hablaba —No me hizo falta acostarme con ella para formar un lazo de confianza, Lee.

— ¿Quien dijo que me acosté con ella solo para armar un lazo?

— Tu mismo te delatas solo —Cruzó sus brazos al momento de decir lo siguiente —Te preocupas por donde, a que hora y cuando va a volver de donde sea que esté.

— No.

— Ella te gusta.

— Cierra la boca —Se negó a escucharlo.

— Estas enamorado, Lee.

Su voz se cortó al momento de sentir como su espalda era golpeada con la pared de mármol. Al abrir sus ojos, pudo ver la rabia carcomer por dentro a Minho, quien sujetaba su camisa como si eso fuera impedimento de alguna acción de la que se arrepentiría en algún futuro.

En pocos segundos, en esa posición, Bang Chan sonrió de manera que Minho sintió su sangre hervir a medida que veía sus dientes blanquecinos mostrarse.

— Estas perdido, Lee Minho.

El rubio se negó a seguir escuchando a Bang Chan. Por eso mismo se había ido de la casa, con pensamientos confusos al momento de tomar un camino recto de alguna parte desconocida. El peli naranja en cambio se tomó un momento para poder relajarse y pensar en toda la situación en la que estaba metido.

Su celular sonó dejándolo dejándolo consternado. Lo tomó de la mesa del medio de la sala, mirando con curiosidad el número privado que aquella persona que lo llamaba. Sin mucho más que perder, decidió contestar.

— ¿Hola?

— ¿Donde está? —La voz del tipo lo dejó confuso. No sabía de quién se trataba. Esa voz se le hacía conocida, pero no podía estar del todo seguro.

— ¿De quien hablas?

— ____, ¿donde está? —Preguntó con voz autoritaria y a su vez preocupada.

BODY┃LEE MINHO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora