Se colocó rápido la camisa blanca antes de verse por última vez en el espejo. Su pecho rubio estaba un tanto mojado por su reciente baño, pero no era algo que le molestara a la hora de ir a recibir a su invitada. Algunas gotas se deslizaban por su flequillo, para evitar que su rostro se mojara pasó su mano por su pelo para peinarlo hacia atrás. Luego despeinó un poco más su cabello y vio el reloj en su pared.
Ella ya debería de estar aquí.
Mordió su labio inferior ansioso y sacó del bolsillo de su pantalón su celular para poder revisar cuando fue la última conversación. No más de hace una hora y media, y ella le había prometido llegar a las ocho en punto esa misma noche.Ya eran las ocho y media.
Y Minho se sentía un poco desilusionado y preocupado. Creyendo por segundos que quizás no podría venir a su departamento.
Pero el sonido del timbre lo sacó por completo de sus pensamientos.
Siendo acompañado por una diminuta sonrisa, se dedicó a caminar a la puerta con los nervios a flor de piel. De cierta forma podía sentir su corazón latir descontrolado contra su pecho, y eso ya decía mucho de su estado sentimental por la menor, quien levantó la mirada al notar que la puerta se había abierto delante de ella.
Minho se tomó unos segundos para observar la vestimenta de su invitada, la cual sólo consistía en una camisa musculosa de color gris, shorts de jean y una camiseta deportiva. En su espalda cargaba una mochila azul oscuro, su contenido no era de importancia en ese entonces.
____ se adentró a los segundos cuando el más alto de apartó de la entrada, dándole paso libre a la menor quién soltó un pequeño "Hola" antes de pasar de el. Cuando la castaña caminó a su lado, pudo oler una fragancia un tanto peculiar que lo dejó un poco atontado.
Esa fragancia no era de mujer.
____ dejó su mochila en el suelo, sin tener la importancia suficiente en si lo que estaba dentro se llegaba a estropear o no.
Solo le importaban las razones por las que había aceptado juntarse con Minho en su departamento, las razones obvias, pero la menor había decidido aprovecharse de la situación.
Pasó su lengua por sus labios secos y vio a Minho avanzar hacia ella, observando como la castaña se quitaba la chaqueta, tirándola sin importancia al sofá.
Entonces, sus manos rodearon su cuello, sorprendiendo al mejor al sentir sus labios unirse a los suyos como por arte de magia. Y es que esas intenciones no eran las principales que poseía Minho en un principio, el realmente quería hablar con ella, la cual ahora se encontraba besándolo con ganas.
— ____ —Susurró antes de que sintiera la presión de las manos ajenas que ponían sobre su pecho para hacerlo sentarse en el sofá. Sus ojos estaban brillando, a pesar de que no fuera por el deseo que sentía de tener a la castaña sobre sus piernas.
Tragó saliva lentamente al ver cómo la contraria se deshacía de su camisa, dejando ver un sostén negro que combinaba perfectamente con su piel un tanto bronceada.
Totalmente cegado, Minho dejó que ____ tomara su mano y la colocara en uno de sus pechos. Y este actuando por puro instinto apretó su mano alrededor de esa zona, soltando un suspiro por lo bien que se sentía, ahora dejando que sus instintos controlaran cada una de sus acciones.
Atacó su cuello con mordidas, lamiendo y dejando restos de sus saliva en tanto ____ ya había empezado a mover su cintura un poco para poder hacer una fricción entre sí intimidad y la suya. Y tan pronto como Minho sintió aquello decidió tomar sus piernas para poder levantarla junto a él, sosteniendo sus mismos alrededor de su cintura mientras besaba sus dulces labios.
Ya cuando el mayor había dejado que la menor tomara asiento en la cama de su habitación después del pequeño recorrido por el pasillo del departamento, se quitó los pantalones, quedando solo en bóxers.
Mientras que _____ solo sonreía por el espectáculo que se llevaba a cabo en esa habitación cargada de tensión y calor. Rodeó su cuello para incitarlo a volver a besarla con hambre, y el tanto sus salivas se mezclaban en sus bocas acompañadas con sonidos obscenos, Minho fue desabrochando el botón de molesto short que le impedía ver más allá de la ropa interior de la más baja.
_____ lo ayudó después para quitárselo del todo, recostando del su cuerpo en la cama para mas comodidad. Aún besando y mordiendo los labios ajenos que tanto la tenían perdida en su propia tensión.
Muy en el fondo seguía sintiéndolo.
Seguía sintiendo que una parte de su corazón le pertenecía al tipo que ahora tenía como tarea tomarla en aquella cama, mientras besaba su cuello y dejaba besos por toda la zona de su rostro
____ tragó saliva, sintiendo una angustia envolver su cabeza. Sus ojos estaban un tanto cristalinos, no por la excitación ni el deseo, sino por otra cosa.
— ¿Estas bien? —La pregunta que Minho dejó en el aire hizo que la contraria rápidamente se percatara de que estaba siendo muy obvia con lo que sentía.
Ella solo asintió, ignorando los ojos preocupados del rubio quien volvió a
acercarse a ella para poder besar sus labios.— Minho... —Susurró su nombre en medio de los besos. Sentía como los dedos del rubio jugaban con la parte muy sensible de su intimidad bajo su ropa interior, como remojaba a cada rato sus dedos con el lubricante natural que ella producía.
— Shh... —Besó sus mejillas antes de seguir estimulándola con dos de sus dedos, los cuales fue metiendo lentamente, disfrutando el solo escuchar esos suaves gemidos y quejidos que inundaron su habitación por un largo rato.
Sus dedos estaban llegando muy lejos, mientras el solo besaba su cuello dejándole marcas. _____ sentía las cosquillas nuevamente en su vientre bajo, al igual que en su estómago, pero esos sentimientos y sensaciones se detuvieron al escuchar algo salir de los labios del mayor.
— Te quiero... —Lo dijo sin pensarlo, y pareció no darse cuenta de lo que acababa de decir, ni de que _____ lo había escuchado.
____ soltó un suave gemido al sentir el orgasmo llegar tan rápido como Minho profundizó los movimientos que hacía con sus dedos en su centro. Y tan rápido como aquello terminó, ____ simplemente se rindió ante su plan de oponerse a sus deseos carnales.
Sabía que ese no era el único orgasmo que iba a experimentar esa noche.
Y sabía bien que al finalizar, uno de los dos iba a terminar con el corazón hecho trizas.
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BODY┃LEE MINHO.
Random𝐁𝐎𝐃𝐘┃ 𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨 mantenía aquellos pensamientos sucios a fuego vivo, pensamientos que podrían llevarlo a la perdición por aquella vecina de dieciséis años. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 📍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐄𝐍𝐈𝐃𝐎 𝐒𝐄𝐍𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 📍𝐋�...