Capítulo 8: ¡Ay, hijo mío! ¡Qué impaciencia la tuya!

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El lunes de la semana siguiente me levanté temprano, me duché y cuando limpié el vaho del espejo del baño me animé a sonreír, ni siquiera el moratón que aún no se iba arruinaría mi día

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El lunes de la semana siguiente me levanté temprano, me duché y cuando limpié el vaho del espejo del baño me animé a sonreír, ni siquiera el moratón que aún no se iba arruinaría mi día.

Estuve casi una semana lamentándome bajo las mantas de mi cama, pero ya era suficiente. Tomé mi teléfono y fui directo a Spotify y busqué a Dua lipa. La necesitaba para darle ritmo a mi cuerpo y a las ansias de volver a ser la que era hace una semana atrás. "Levitating" fue mi compañera mientras me maquillaba, necesitaba ocultar aquella mancha horrible.

Jo se levantó debido al ruido, pero esta vez no se enojó, me ayudó y sonrió feliz al verme tan animada. Las dos escogimos un traje de dos piezas azul oscuro y una blusa blanca. Las zapatillas iban de maravilla con los pantalones, cuando llegue a la oficina cambiaría mi calzado.

—Te ves guapa y lista para triunfar — Asentí mientras aplicaba un poco de perfume. La sonrisa de Jo era preciosa y me animaba a esforzarme todos los días de mi vida. Así lo quería, así lo prefería. Necesitaba salir de mi habitación y recomenzar, quería ser fuerte y valiente.

—Tú eres guapa aún con lagañas en los ojos —Le di un beso en la frente—. ¿Pediste mi auto? —Ella asintió y me enseñó su teléfono. La aplicación indicaba que el auto llegaría en cinco minutos—, gracias pecosa —Ella me sacó la lengua. Jo y yo somos muy parecidas físicamente, así que yo también soy pecosa. Tal vez la única diferencia notoria era nuestro cabello, ella tenía una linda melena despuntada, mientras que el mío era tan largo hasta la cintura. Las facciones de Jo eran mucho más armoniosas que las mías, era tan linda que daban ganas apretar con fuerza sus mejillas. En cambio, su personalidad era mucho más fría. Era de dar mimos y abrazos cuando quería, era mucho más ruda que yo. Yo veía la vida con corazones y sonrisas, mi hermana es mucho más realista.

—¿Quieres que te acompañe? —Sonreí agradecida.

—No, estaré bien —Ella me abrazó con fuerza.

—Que bueno, porque hoy tengo clases en la tarde y quiero dormir toda la mañana.

—Estupendo, pero...

—¿Qué?

—¿Puedo compartir la ubicación por whattsap hasta que llegue a la oficina? —Jo sonrió.

—Por supuesto. ¿Hacemos una video llamada?

—¡Ya! —Dije entusiasta—. No me despediré de mamá y papá, deben estar dormidos todavía. Dile a Kyle que me envíe un correo con el trabajo que debe imprimir y lo haré desde la oficina.

—Sí, mamá gallina —Ella miró el teléfono—. Tu auto está llegando.

—Son treinta minutos...

—Te llamaré inmediatamente...

—Si me pierdo, vas a la primera comisaría y das un aviso por secuestro...

Con Ella [COMPLETO LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora