Con Ella [COMPLETO LIBRO 1]

Capítulo 55: No todas las historias de amor tienen un final feliz

Hace una hora llegamos al hospital con Maximilian y se lo llevaron a urgencias, lo último que escuché fue una enfermera pedir un quirófano porque llegaba un paciente casi muerto.

Y ese era Max.

En cuanto a mí, curaron las heridas que tenía en el rostro y me colocaron una bota ortopédica para fijar la rodilla, y ahora esperaba en la sala de espera, con Micah. Cuando me vio, me abrazó con fuerza y lloró.

Yo permanecía sentada en el sillón, mientras que Micah caminaba de un lado al otro y cada vez que veía a una enfermera preguntaba por Jo, pero hasta ahora no había respuestas.

Junté mis manos y pedí a las fuerzas del universo que no me arrebataran a mi hermana ni al padre de mi hijo. Nunca más volvería a pedir algo, ni a un dios ni a una energía, pero que no se llevaran a Jo ni a Max.

Me enjugué las lágrimas, y cuando intentaba levantarme dos personas ingresaron en la sala: Alec y Maya.

—¿Se sabe algo? —preguntó el primero. Viendo mis intenciones, se acercó a mí y me ayudó. La mujer me miró con resentimiento.

—Todavía nada —Maya blasfemó en francés.

—¿Es verdad que murió Alastair? —preguntó ella. Asentí, y me pregunté si ella sabía que el mismo Max había matado a Roxanne.

—Sí, está muerto —Maya exhaló un suspiro de alivio. La mujer despampanante arrugó el rostro y casi sin poder advertirlo comenzó a llorar. Alec me dio un beso en la frente.

—Me alegro que estés bien —dijo y luego abrazó a la... fruncí el ceño. ¿Era la novia de Max? Estaba tan confundida—. ¿Cómo está tu hijo?

—Bien —esbocé una sonrisa trémula—. Mis padres vienen de camino y traen a Noah.

—¿Noah? —preguntó con curiosidad.

—Sí, así se llama mi hijo —Alec asintió con el entrecejo arrugado mientras abrazaba a la mujer.

—Lamento todo lo que sucedió —le dije a Maya, ella me miró durante unos segundos y luego asintió.

—Max no merece morir después de todo lo que ha hecho por nosotros —dijo con rabia—. Me duele la muerte de mi madre, pero se estaba volviendo loca —lloró—. Alastair la estaba volviendo loca. Espero que ese maldito hijo de puta se esté pudriendo en el infierno.

—¿No han dicho nada de Max? —intervino Alec—. ¿Qué fue lo que sucedió?

—Roxanne —susurré—. Ella me iba a disparar, pero...

—¿Él te salvó la vida? —inquirió Maya sin un ápice de veneno en la pregunta.

—Sí —una lágrima se deslizó por mi mejilla—. Dijo tantas cosas que... —negué abrumada—. Alastair estaba reducido, solo era cuestión de que llegara la policía. Fue entonces cuando Roxanne intentó dispararme y Max desenfundó un arma y le disparó... solo que las balas que salieron de la pistola que manipuló Roxanne dieron de lleno en... —no pude seguir hablando, un nudo horrible se instaló en mi garganta.