Capítulo 47: La despedida de Joanne

42.9K 2.6K 280
                                    

—¿Estás segura?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Estás segura?

—Claro que sí.

—¿Cien por ciento segura? —cerré un ojo y miré uno de los árboles de Central Park.

—Noventa y ocho por ciento.

—Lo sabía —murmuró—. Es decir, que tengo un dos por ciento a mi favor. Déjalo plantado en el altar y te escapas conmigo —sonreí.

—La verdad es que ese dos por ciento solo se basa en el clima del día de nuestra boda.

—¿Cuándo se casan?

—Depende de cuándo vuelva Jo —Micah se detuvo y me miró arqueando una ceja.

—¿Jo? —fruncí el ceño.

—¿No te dijo?

—No —susurró deslizando las manos en los bolsillos de la sudadera—. Tu hermana no me habla desde hace un tiempo.

—La última vez que estuviste con ella fuiste un verdadero idiota.

—No la quise lastimar —se explicó—. Además, después se fue muy feliz con el idiota que la invitó a bailar.

—Daniel Wingrave no es un idiota —sonreí—. Resultó ser un compañero de la universidad que nunca se animó a invitarla a salir. Ahora se van los dos...

—¿Se va? —alcé una ceja y sonreí.

—Tu problema es que la sigues viendo como una niña, no tienes que ser un hermano sobreprotector. Tal vez lo único que ella necesita es que seas un amigo.

—Me cuesta verla como una mujer cuando hace nada estaba jugando con muñecas.

—Ya es una mujer, a punto de cumplir el sueño de su vida y convertirse en una cirujana, y ¿quién sabe? Tal vez, incluso está a punto de conocer al amor de su vida.

—Debo hablar con ella antes de que se vaya —esbocé una sonrisa triste.

—Jo se va mañana a Londres, pero Max y yo estamos preparando una fiesta de despedida.

—¿Por eso me llamaste? —sonrió.

—Por eso, y para saber si tú y yo estamos bien.

—Estoy bien, Livy, puedo manejar un rechazo —volvió a sonreír—. Mi corazón está en paz, vale la pena el dolor si tú eres feliz —me detuve y lo miré apenada.

—Micah...

—Livy, sabes cuál es mi situación, los dos hemos sido honestos —me miró por encima de sus gafas—. Estoy enamorado de ti, pero no detendré mi vida por eso —sonreí, tranquila por esa respuesta—. Quiero que seas feliz, te deseo todo el éxito del mundo, pero te tengo que sacar de mi cabeza.

—¿Quieres distancia?

—Vivo justo en frente de la casa de tus padres. Trabajo casi en frente de la inmobiliaria, no creo que eso sea posible por un tiempo —fruncí la boca.

Con Ella [COMPLETO LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora