Capítulo 2: De príncipe azul a verdugo desteñido

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El cabello rubio apuntaba en todas direcciones, como las fotografías de los modelos que salen en las revistas

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El cabello rubio apuntaba en todas direcciones, como las fotografías de los modelos que salen en las revistas. Diablos, me lo imaginé así. Saliendo del baño con una toalla blanca y el cuerpo aún medio mojado.

El tipo que me sostenía era guapo. Tan guapo que daban ganas de apretar las mejillas y hablarle como si fuera un bebé "¿Quién es la cosa más linda del mundo? ¡Tú, cosita linda!"

De pronto el día me pareció el mejor de mi vida. Con esas vistas, "Al final, Dios si te quiere Livy"

La cosita bien hecha ahora me miraba alzando una ceja.

—Hola —Saludé aún perdida en él, completamente aturdida. "Muestra un poco de dignidad, Livy, prácticamente lo estás babeando"

—Buenas tardes, señorita —Aún con la ceja alzada me soltó con delicadeza, y yo me acomodé la falda y las ideas. Carraspeando me acerqué al lugar en el que habían caído la caja con los cartuchos y mi zapato.

—Gracias por... —Sonreí—. Ayudarme. De no ser por usted, habría sucedido algo muy terrible.

—Me parece que la idea del banquillo sobre la silla no fue la más adecuada —Finalmente esbozó lo que bien pudo haber sido una sonrisa gentil, pero solo fue una mueca y yo arqueé una ceja. "¡Se está burlando de ti, Livy, di algo interesante!"

—Antes me pareció una fantástica idea —"Cualquier cosa, menos eso" Él asintió mirándome de una manera que me puso nerviosa. El contraste de su expresión seria y sus ojos divertidos me indicaron que... "¡Nada!, ¿Qué te puede indicar eso Livy? ¡Si ni siquiera lo conoces"! Pues no, no lo conocía, pero él no necesitaba decir algo, porque sus ojos son demasiado expresivos. Y algo le causaba diversión. ¿Sería yo? "Y ni siquiera sabemos quién mierda es" No, no tenía la menor idea de quién era, pero ese tipo debía tener algún pacto con alguna eminencia celestial o demoniaca, porque no debería permitirse ser tan guapo.

Suspiré profundamente.

Estaba segura que mis plegarias fueron escuchadas, porque de pronto el hombre sonrió.

"Ay, Livy, deja de mirarlo así"

"Cinco segundos más, por favor" Imploré como cada mañana cuando sonaba la alarma de mi teléfono.

—Estoy seguro que alguien más pudo haberla ayudado. —Fruncí el ceño. ¿Qué estaba diciendo? —. Me refiero a la caja. Estaba muy...

—¡Ah! —Me mordí el labio "¡Ya deja la estupidez, Livy!" De pronto recordé la razón que me impulsó a cometer aquella locura y bajé a la tierra. Alastair Henderson. Despido. Jo. Universidad. Gastos. Abrí los ojos aterrada y me acerqué a la nefasta máquina—. Todos mis compañeros están almorzando y necesito con urgencia imprimir unos documentos, sino mi jefe me descuartiza. Me grita durante horas, me obliga a pasar la noche en la oficina —Dije mientras preparaba la maldita máquina y dejaba de mirar al tipo, que aquello no era bueno para mi concentración—, hunde mi cabeza en el inodoro, y me lanza por la ventana de su linda oficina y lo que es peor ¡Me despide! —Acomodé las hojas y alcé la vista. Él permanecía con las manos en los bolsillos mientras me miraba con una expresión de diversión absoluta. Le sonreí, suelo ser demasiado dramática—. Soy Olivia

Con Ella [COMPLETO LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora