Con Ella [COMPLETO LIBRO 1]

Capítulo 39: Una bonita canción de amor en Escocia

Me volví a morder la uña mientras esperaba.

Miré a través de la ventana y suspiré con fuerza. Estaba agotada y el maquillaje ya no lograba disimular mis ojeras.

El trabajo, mis clases y las preparaciones para la nueva escuela agotaban todo mi tiempo.

¡Ah!

Y los malditos nervios también. Esperar las calificaciones de mis profesores se estaba convirtiendo en una lenta y tortuosa agonía. Me preparé tanto para mi primer examen, que mínimo, esperaba una nota honrosa.

Era la quinta vez que caminaba por delante del computador esperando el correo de mi profesor con la nota.

¡No podía con los nervios!

Tres golpes en la puerta de mi habitación me hicieron dar un saltito. Dejé de morderme la uña y fui a abrir.

—¿Llegó la nota? —bufé contrariada y dejé que Max entrara.

—¡Todavía no! —Max miró la hora y luego alzó una ceja.

—En Nueva York aún es demasiado temprano. Apenas son las cuatro de la madrugada —me dejé caer sobre el sillón, agotada.

—Maldita diferencia de horario —Max sonrió divertido.

—Tengo una reunión con el arquitecto de la escuela —me mordí el labio—. Me entregará los últimos planos y, de estar de acuerdo, podremos poner en marcha la construcción.

—¿En serio? —me levanté de un salto, entusiasta.

—¿Quieres ir conmigo?

—¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Por supuesto!

—Probablemente llegue el correo mientras estemos allá.

—¡Seguro fui la peor!

—Te preparaste, Liv, vi como estudiabas día y noche —se acercó y tomó mi mano. Mi corazón se aceleró—. Y si no es la nota que esperas, este es el momento de fallar. Estás aprendiendo.

—No quiero que Jo se avergüence todavía más...

—Joanne no se avergüenza de ti —me miró con atención—. Lo que dijo tu hermana el otro día en el restaurant de Lewis fue un disparate. Lo estás haciendo bien y ella lo sabe mejor que nadie... —fruncí el ceño.

—¿Tú sabes qué le ocurre conmigo? —carraspeó y deslizó las dos manos en los bolsillos del pantalón.

—Sí, pero no me pidas que te explique sus razones. No me quiero inmiscuir en sus asuntos...

—Pero...

—Por favor, Liv —suplicó—, no me pidas eso. Joanne está actuando pésimo contigo, lo sé yo, y ella también lo sabe. Sé que cada palabra que esgrimió ante ti con tanto veneno le dolió mucho más a ella, que a ti.