Phantasy // COMPLETA

|ekatón dódeka|

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Capítulo centésimo décimo segundo
El desarrollo
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El desarrollo.
Se considera que para las producciones cinematográficas hay de manera generalizada, cinco grandes etapas para llevarlas a cabo. Desarrollo, preproducción, producción, posproducción y distribución.

Lo primero, el tan menospreciado y  subestimado desarrollo. Los cimientos del proyecto entero. Esa fase se engloba la búsqueda y creación de ideas, la documentación y la redacción del guion. Lo más básico y significativo, pero también la fase crítica de toda producción.

La cual, que decide si se lleva a cabo todo o no, aunque muchos se negaban a verlo así.

Aquello eran conocimientos sumamente básicos, pero Scott Prescott tuvo que repasárselos mentalmente aún así fuera sólo unos minutos antes de entrar al foro. Todo lo que podrían preguntarle y cualquier cosa que quisiera agregar, cualquier conocimiento básico o detalle respecto a la hazaña que había hecho, lo que fuera, él juraba haber estudiado para ese examen.

Porque si no, lo más seguro es que se hubiera echado a llorar apenas llegara el momento de hablar de todo lo que conllevó Phantasy.

El testamento hablado sobre su trayectoria y la de Joseph lo aturdía. Lo mareaba y lo hacía incapaz de enfocar su vista en cualquier lado.

Sus pensamientos lo llevaron a querer encontrarlos, o por lo menos a su madre. Algo de lo que sostenerse momentáneamente.

Momentáneamente, porque claro que aquellos dos le bastaban y sobraban para levantarse todos los días aunque su corazón se hubiera hecho pedazos irreparables hacía quince años.

—... ¿Scott?

—Perdona, Janett— saltó él por un instante en su mismo asiento—. Un pequeño mareo, ¿me puedes repetir la pregunta?

—Te decía que si estabas nervioso.

—Tengo años nervioso, sí.

Tal cual como si hubiera sido un chiste puro y no una tragedia humana hecha uno, la conductora se rió a carcajadas.

—¿Por qué no empezamos hablando el documental? Supongo que fue una gran antesala a lo que hicieron ahora.

—Claro... el documental fue idea de Joseph. Hace... ¿qué? ¿Diez años?— preguntó Scott mirando a quien le hacía compañía a un lado. Joseph Stone, también muy asustado, asintió con la cabeza—. Sí. Nuestros grandes proyectos comienzan con nosotros llorando por nuestros muertos con una copa de vino en la mano.

—Mi idea, pero tú la ejectutaste.

—Y el mundo entero lo amó. Cuéntenos, adelante.

—Nunca hemos sentido que le hagamos justicia como quisiéramos a Ares, en el sentido de su memoria, claro, la justicia literal es punto y aparte— Scott hablaba, moviendo sus manos, cosa por la que Joseph sabía que se sentía tranquilo. En su elemento. Mientras que Joseph sintió el corazón desgarrársele a la mera mención de su hermana, y ya no pudo complementar nada aunque quisiera—... el documental, fue una manera de intentar remediar eso. Estábamos hablando de Belcourt, yo acababa de llegar de una grabación desde Irlanda, Joseph y Geovanni habían recibido muy amablemente a mis hijos en su casa... estábamos contando anécdotas por así decirlo pero ya no recuerdo el motivo con exactitud y entonces Joseph dijo que era increíble que habiendo tanto material nunca hubiera nadie hecho nada con eso. Yo le pregunté que si de qué hablaba y dijo que había estado habiendo bioseries y documentales de diferentes niveles de calidad y de artistas de todo tipo, hasta de los que pues no han tenido como que mucho impacto. Que eran su obsesión más reciente y que no entendía por qué nadie había querido hacer nada respecto a todo lo que fue el dos mil dieciséis para cualquiers de nosotros en general.