|eíkosi eptá|

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Capitulo vigésimo séptimo
De la distancia

-¡Abran las ventanas!

Anthony y James hablaron al mismo tiempo.

Pero es que el resto ya estaban entrenados para esas ocasiones. Los desmayos llegaron a ser muy comunes hacía un año, cuando literalmente todo se les juntó. Nacional de danza, nacional de performance y consecuentemente el mundial, tres musicales diferentes en un mes, una obra, la presentación de medio año, el riff off correspondiente, una exposición de pintura, otra de fotografía y un cortometraje.

Simplemente se desvanecían.

Pero fue cuando Belcourt se puso en el mapa. Ya eran conocidos en el país y un poco en el resto del continente, todas esas actividades les dieron en un semestre una exposición y un crecimiento gigante que nunca pensaron que tendrían siendo simples estudiantes. Belcourt ya publicaba cosas, pero jamás había invertido en publicidad. Y fue la mejor inversión que pudieron haber hecho alguna vez.

Porque cambió el juego y el panorama para todos. Ya era una exposición internacional.

Aunque por mientras, en ese entonces, estuvieron agotados y llorando del estrés mientras hacían lo que tenían que hacer.

Después el universo se alineó y para el dos mil dieciséis todas las competencias externas a ellos cambiaron fechas y eran con el suficiente tiempo de separación para tomarse un respiro.

Así como hablaron al mismo tiempo, James y Anthony pensaron en lo mismo: subir a Kendra a la cama y revisarle el pulso.

-Apártate, mi papá es doctor- gruñó el Donnovan.

-Y mi mamá es enfermera.

Ambos se quedaron viendo. No era secreto que había una exagerada tensión entre ambos, y especialmente el latino, veía al otro con coraje.

Mientras que todos veían el panorama apartados de la desmayada, porque precisamente querían dejarla respirar. Cosa que no iba a pasar si seguían ellos dos ahí.

-Mi mamá sí habla conmigo, no como los tuyos- finalizó Anthony, antes de darle un empujón al mayor y empezar a arrojarle aire a Kendra.

Pasaron unos minutos de extremo silencio hasta que ella pudo reaccionar. Abrió y cerró los ojos como si la luz la molestara.

-Hey, hey- Anthony le movía los brazos despacio, con cara de susto-, ¿cómo te llamas?

-... Kendra...- apenas se había escuchado.

-Respira- él volvió a echarle aire-, tranquila, estás bien.

-Wow- había exclamado Brianna al ver lo bien que estaba portándose Anthony ante el incidente.

Ares le jaló del codo, para acercarla y poderle susurrar al oído:

-Cuídalo. A él nunca le había gustado nadie tanto como para invitarla a salir.

Brianna no le dijo nada. Ni siquiera se inmutó. Le rodó los ojos a la rubia, pero Ares sabía que era mentira.

Si Ares Stone fingía todos los días, Brianna lo hacía el triple que ella. Ares por lo menos pretendía ser cosas que estaban a su alcance, y Brianna no. Brianna Dinairo pretendía ser rica, valiente y segura de sí. Pretendía ser una perra. Pero no.

Phantasy // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora