|triánta éxi|

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Capítulo trigésimo sexto
De diferentes padres

Tara Jenner llegó a su casa al mediodía, o casi la tarde según quien lo viera. Rondaban las tres.

Su abuela pareció respirar después de mucho tiempo en cuanto la vio entrar.

-¿Dónde estabas?- le preguntó sumamente afligida-. No te entraban las llamadas y estaba a nada de hablarle a la policía.

Tara iba a pasar de largo, sólo la había saludado con la mano e iba encaminándose al pasillo para ir a su habitación. Detuvo su marcha, suspiró y miró a la mujer como diciéndole que no la jodiera.

-Te dije que me iba a quedar en casa de Kendra. Mi celular murió después de eso.

-¿Y no fuiste capaz de pedir un cargador? ¿No pudiste guardar el tuyo en tu bolsa si planeabas salir? No me hagas esto ya, Tara. Por favor- siguió hablando su abuela dolida-. ¿Tienes idea del temor con el que vivo? Mataron a uno de tus compañeros, ¿cómo podría saber que estás a salvo?

-Pues lo estoy, ¿sí?- suspiró la menor-. Lo estoy.

Volvió a dar otro paso para ir a su habitación.

-¿Le dijiste al niño Stone que no quieres nada con él?

Tara se detuvo en seco.

-No lo hiciste- sentenció su abuela.

-No entiendo cuál es tu problema. Joseph es incríble. Y me trata muy bien y me divierto mucho con él.

-Ya te dije que esa familia es muy problemática. No quiero que te enredes con ellos.

-Creo que es mi vida y yo puedo hacer lo que quiera con ella- se giró Tara, completamente enojada-. A ti no debería importarte. Es mi vida y mis decisiones, entiéndelo.

Su abuela se quedó boquiabierta.

-No... me hables... así- lucía dolida en demasía.

Tara se encogió de hombros.

-Tú eres la que no quiere que tenga nada con él, y estoy harta de ello. Yo sí quiero.

-Hay un montón de chicos más, Tara.

-Entiéndelo, por Dios- casi gritó la chica-. Yo voy a andar con quien yo quiera. No eres mi mamá para prohibirme nada.

Iba a irse otra vez. Pero su abuela la llamó. Tara dejó caer su bolsa molesta.

-... Desde que entraste a los doce estás muy cambiada- murmuró la mujer, con un nudo en la garganta.

-En algún momento tenía que crecer.

-Crecer y dejar de ser tú misma está mal, mi amor.

Rose se le acercó a su nieta, y le tomó la cara para darle un beso en la frente. Después la abrazó. Pero Tara se quitó pronto.

-Lo siento, pero tengo que sobrevivir. En Belcourt o comes o te comen.

-Por favor, mi amor, cuídate.

-Me cuido, te lo juro. Pero ya déjame en paz.

Recogió su bolsa del suelo para suspirar, y dio otra paso antes de que la volvieran a detener. Apretó los puños.

-... Quiero hablar de...

-¿De mi papá? Ya supe. Precisamente me quiero ir a llorar y escribir a mi cuarto por lo mismo pero no me dejas.

Phantasy // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora