Phantasy // COMPLETA

|ekatón dekaennéa|

.
Capítulo centésimo décimo noveno
El último proyecto juntos
.

Scott no sabía por qué se habían ido por ahí, cuando se supone que el enfoque sería en el sentir de Sebastian (aunque se supone que aún deberían estar hablando del proceso de la película), pero no tenía problemas en responder, por el simple hecho de que no tenía nada que ocultar.

—Sí se la heredaron.

—¿Entonces tú eres el dueño?

Asintió con la cabeza.

—¿Y qué va a pasar con eso?

—Pues...

—En el live que hice hace unos días— alzó la voz Joseph pasando saliva—, me preguntaron si era la última vez que trabajaría con Scott. Ya que bueno, al parecer han calificado de obras maestras el documental, el libro y la película.

—Y dijo que nos quedaba un proyecto juntos más y ya. El último proyecto juntos.

Entonces se miraron con complicidad, esperando que el mundo captara la noticia que estaban dando.

—¿Van a reabrir?

—Así es— asintió Scott con la cabeza—. De hecho vamos a empezar proceso para yo traspasarle toda la propiedad a Joseph, porque es suyo. Belcourt siempre les perteneció.

—Fuera de eso, independientemente de que se pueda o no, seremos codirectores.

—Estoy segura de que hay muchos fans emocionados— sonrió Janett.

—Ayer aprobamos los planos finales para la reconstrucción. Será en el mismo lugar— sonrió Joseph también—. No será este año, pero sí el siguiente. Esperamos que pueda ser el primer semestre de esta nueva era a partir de febrero del próximo año. Ese es el plan.

—Uno de los antiguos profesores accedió a volver— señaló Scott con la mirada a su padrastro.

—¡No me digas!

Garrett sonriente asintió con la cabeza incluso antes de que la cámara le enfocara tras seguir la mirada de Scott.

—Y ya hay maestro de cinematografía también— guiñó Joseph el ojo derecho.

—Qué increíble... esperen. Entonces, Scott, ¿tú y tus milagritos se quedan en Miami?

Él una vez más asintió con la cabeza.

A la par que Dannaeh Donnovan se estresaba por la idea de muy probablemente tener que aprender a vivir con la presencia de los mellizos.

—Ya negociamos. Ellos no querían dejar el internado de Suiza, pero como dije, ya negociamos. Nos quedamos en Miami.

—Internado de Suiza... negociar— repitió Janett—, bueno, habrá mucho que hablar con ellos, me intrigan mucho y se escapan siempre. Siguiendo con lo de Belcourt, ¿el nombre se queda igual?

—Claro.

—Y, Joseph, ¿tú no vas a dar clases?

—No. Ni siquiera sé de qué lo haría. Yo me quiero quedar cien por ciento con la directiva si mi socio va a estar ocupado como profesor también.

—Okay. ¿Se sienten listos para competir con el Double S Studio?

—Nosotros no queremos competir con nadie— habló Joseph con cierta inocencia en su voz—. Y dudo mucho que mi tía Sarah nos vea como competencia.

—Principalmente porque son conceptos muy diferentes— añadió Scott—. Además de que se supone que nos conoce, claro. Sarah puso su Academia de baile, como lo es normalmente imparte clases por las tardes. Nosotros vamos a traer todo lo que fue Belcourt de vuelta.