|dekaennéa|

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Capítulo décimo noveno
De preguntar, saber y decir











-¿Hay algún inconveniente, señor Standall?

Jonah tuvo que erguirse, para disimular su sorpresa.

Pero Ares no ayudaba nada con su lenguaje corporal. A kilómetros se notaba que estaba nerviosa, se rascaba los codos insistente y había comenzado a sudar excesivamente. Mientras que el hiperventilar comenzaba a apoderarse de ella así como la ansiedad. Miraba de un lado a otro desesperada.

Jonah tuvo que intervenir, ya que ella no lo haría.

-No- comentó él, aclarándose la garganta-. Sólo que mi clienta había omitido ese detalle cuando conversamos al respecto.

El detective frente a ellos miró atento a ambos. Deja caer su carpeta en dirección a la chica, asustándola. Y establecieron contacto visual del que Ares buscaba zafarse.

Ella tenía las pupilas atemorizadas.

-¿Algo que decir, señorita Stone?- habló mucho más serio de lo que le había estado hablando antes.

-No, en realidad- musitó Ares, tratando de seguir enfocando sus ojos en la persona frente a ella, pero le costaba.

-¿Tiene alguna forma de comprobar que permaneció en casa todo ese tiempo?- el detective Emmerson puso ambos codos sobre el escritorio y se acercó mucho más a ella.

-No directamente. El baño era una excusa. Me fui a mi habitación a dormir. Estaba muy incómoda y muy cansada- Ares se puso derecha, haciéndole frente de una vez por todas a la intimidación que el individuo buscaba causarle. Hasta su tono de voz cambió porque por un minuto, quiso jugar a ser más grande de lo que se siente-. Puede verificar las cámaras si cree que salí. Porque no lo hice.

Está claro, que el interrogador no se esperaba eso. Dejó la postura sobre sus codos y su mirada hacia la menor cambió. Vuelve a como estaba antes, con los brazos cruzados sobre su pecho y observando tanto a Jonah como Ares.

Tose por un momento y regresa a su tono de voz neutral con el que había comenzado.

-¿Considera que su hermano tenía algún enemigo?

El detective Emmerson le preguntó con ambas cejas arriba, como si no tuviera sentido nada de lo que había escuchado.

-No. ¡Claro que no! Él- Ares comenzó a mover la pierna desesperada, llena de ansiedad. Jonah le agarró la mano por debajo de la mesa, la apretó, para que se calmara-... él era muy bueno, todos lo querían.

-Todos lo querían- repitió el canusio hombre frente a ella. Sus ojos cafés otra vez miraban a la chica a los ojos de una forma demasiado insistente, Ares estaba hecha un manojo de nervios.

Se estaba arrancando piel del pulgar derecho de tanto que pasaba su uña por ahí.

-Era una muy buena persona- continuó ella, después de un largo suspiro-. La mejor que he llegado a conocer. Era... lo era todo para mí. Se notaba su buena vibra desde la sonrisa. Lo que le hicieron, fue muy injusto.

Ares tuvo que agacharse. No podía contener mirar al detective más. Así pudo hablar mejor, aunque el señor Emmerson alzó una ceja curioso en cuanto ella bajó la mirada.

-¿Le consta que era una buena persona?

Estaba siendo rudo. Mucho. Y ella no puede soportarlo, aunque, en estos últimos días, ¿qué ha podido soportar Ares Stone?

Aunque no es que el detective Emmerson lo esté siendo. Así tiene que hacerlo y así siempre lo hace. Pero Ares está más débil que nunca.

-Pero claro que me consta. Estábamos juntos todo el día- susurró ella, como si le hubiera ofendido.

Phantasy // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora