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Capítulo centésimo trigésimo octavo
Las Harris II
.—Como te decía... fue una cosa de... no sé. Creo que como buena niña criada por la televisión soñaba con esta ideología del príncipe azul. Yo creo que lo vi y fue algo como "así es como se deben ver".
—No me digas eso... me imagino que son de esos recuerdos en los que quieres regresar y evitarlo, abofetearte, ponerte en otro lugar, lo que sea.
Kendra se quedó callada, con el ceño ligeramente fruncido, y luego suspiró muy bajito. Acto seguido, negó con la cabeza, con un pequeño esbozo de sonrisa en ella.
—No hubiera tenido a mi hija, así que no. Todo vale la pena así.
Janett no emitió palabra, pero con la sonrisa que emitió no se necesitaba más para saber que estaba conmovida.
—Nuestra primera clase fue precisamente actuación. Y yo... supe que estaba en el lugar correcto— suspiró Kendra, nostálgica—. Fue... mágico. Y no es por ser engreída, pero había niños ahí que sí habían tomado clases antes. Yo no, yo llegué en blanco y sinceramente no sentí que yo lo hiciera tan mal. Como éramos los bebés, pues no podíamos andar tan fácil de salón en salón, así que nos llevaba el profesor, eso no tiene nada que ver, pero se me hace bonito de recordar... todos teníamos cara de asustados aunque ya hubiéramos tenido una clase. Es que es imposible explicar lo mágico e intimidante al mismo tiempo que era andar por esos pasillos. Ahora mi misión era la misma que cuando entré al kinder y según mi mamá era más importante que me ganara a la gente ahora, así que lo tenía muy presente después de amar mi primera clase. Aún no sabía por qué, era muy ilusa, pero lo tenía muy presente. En la primer clase no hubo mucha oportunidad de hablar, tampoco nos presentamos entre nosotros por el tiempo, creo. En el pasillo se me acercó una niña a decirme... a como pudo, claro, que le gustaba mi cabello y que ella siempre había querido un flequillo como el mío pero que por su cabello chino nunca la dejaron cortárselo. De ahí me hizo más plática... era Vianney García, recién llegada de Cuba, antes de su "americanización" como le dijeron tanto en su época. Pero sí. Teníamos canto enseguida... y lo primero que dijo la maestra fue que si quién era la que había ganado la beca, y ella alzó la mano con mucho miedo, pero lo hizo.
Kendra suspiró. No lucía muy orgullosa de lo que estaba por contar.
—Yo en ese momento me dije a mí misma que tenía que estar cerca de ella para que me vieran tanto los demás como los maestros. Preguntaban eso y volteaban, entonces para comenzar a sentirme presente, yo lo relacioné a que tenía que hacer eso. No me gusta para nada decir que así pensaba. Igual que antes, pensando cómo iba a mover a la gente a mi favor.
—Tú solo estabas sobreviviendo, Kendra.
—Sí... cuento esto con detalles para que entiendan más, eh. Tampoco iré día por día. Solo quiero que sepan lo que... pues mi contexto, vaya.
Estaba muy nerviosa. Mucho. Acercarse a las cosas que la estigmatizaron tanto, que sí, en gran parte ya había hecho las paces con todo eso, pero aún así, no podía evitar sentirse juzgada, sentirse observada por el simple hecho de existir para contarlo.
Y en general como era evidente, Kendra no tenía increíble experiencia contando cosas tan propias y tan vulnerables. Incluso había cosas que recién había dicho que se dio cuenta que nunca se las había contado a nadie más que a Dannaeh. No porque lo hubiera decidido, solo... no. Se podría decir que simplemente no había existido el momento con nadie más.
Se sentía muy vulnerable, y aún no llegaba a las cosas que aún podrían tirarla a llorar.
Se sentía novata, si es que tal cosa pudiera tener sentido; evitaba ver la cámara directamente por lo mismo. La única a la que estaba acostumbrada era a la del celular, muy pequeña comparada con una cámara televisiva. Y por supuesto, cuando se llegaba a grabar con el celular era porque ella lo decidía: cómo, cuándo, desde qué ángulo, qué diría y qué no. Y si no le gustaba, sólo lo borraba y volvía a hacer.
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Phantasy // COMPLETA
JugendliteraturLos Stone son una fantasía. No hay otra forma de describirlo: talentosos, exitosos, guapos, ricos, millones de seguidores en redes sociales y aclamados en muchísimas partes del mundo. Son la familia ideal, los hermanos e hijos perfectos. ¿Qué podrí...