|ekatón triánta|

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Capítulo centésimo trigésimo
Los Stone Rhodes IV
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Nota: hay una palabra que verdaderamente no supe traducirla del Inglés al español y fue utilizada. Es decir, hay una traducción pero no me encanta al colocarla en el diálogo. De cualquier manera es muy utilizada en general, así que la dejé así.
Esta es (intento de descripción mía):
-Sassy: alguna combinación entre descaradx, pícarx, atrevidx, etc.

Anyways, una disculpa😩🤙🏼 les dejo con el capítulo.

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—Ya, ya, que te pongas modo serio y expreses tus sentimientos desde lo más recóndito que puedas. Si haces llorar, mejor— le palmeó Daphne en el antebrazo a su hermano mayor—. Storytime desde tus diecisiete hasta hoy en la mañana, concéntrate.

—Eso hago— le miró Joseph, como si le reclamara el que no lo valorara—. Bueno, eso intento.

—Sí, sé que es tu estado natural, pero ahora te están pagando por ello, aprovecha. Lúcete.

El gesto de Joseph apretando los labios y rodando los ojos un poco, podía interpretarse como un punto medio entre querer reírse y querer replicarle a su hermana.

—Ya, pues. Tengo TDAH, perdón— suspiró Joseph, finalmente cerrando los ojos y juntando las manos, como si fuera a rezar—. Septiembre del 2016. Tenía diecisiete años—  se dijo a sí mismo, verdaderamente intentando concentrarse. Pero, no sabía ni en qué se había quedado, discretamente, tocó el brazo de Daphne con su codo.

—Estabas hablando primero de Jonah que la primera vez que lo viste tenías tres años y ahora tienes la edad de Cristo...

—¿Cómo que la edad de Cristo?

—Pues así se dice cuando alguien tiene treinta y tres años. Porque él murió a esa edad.

—¿Y tú cómo sabes eso? No somos religiosos.

—Es cultura general.

—... Ah.

—Nico, ya— palmeó Daphne con sus manos para que Joseph reaccionara. Geovanni le ayudó moviéndole el hombro a su esposo del otro lado—. Estabas hablando de eso y luego ya ibas a hablar de la semana que se quedaron con ellos que fue cuando pasó la persecución.

—Cierto. Ya, ya. Ya. Gracias— se aclaró él la garganta, medio alzando sus brazos para que le dejaran en paz—. Pues sí. Me parece bastante personal y que fue un escándalo en su tiempo que no debió haber ocurrido lo que pasó con mi hermana y el padre de sus hijos, antes de que se fuera a LA así que por eso empecé de...

—Sí, sí, yo sé. Yo sé que les quitaron toda la privacidad posible— intervino la conductora, cosa que puso nervioso a Joseph—. Pero tengo algunas preguntas. En el documental lo trataron por encima, como otras cosas, que a Ares la hacían sentir mal pues... por no haber hecho, ¿cómo dijiste en el libro? ¿"Sus cosas"?— rió ligeramente tras eso—, y es algo que me intriga mucho, de verdad. Quiero saber.

—Es un tema complicado y no se limita solo a eso— se encogió Joseph de hombros—. Ares siempre estuvo a otro nivel en muchos sentidos. Como en otra dimensión. Y digo en muchos sentidos porque no sé qué tan bueno fue eso en algunos.

Joseph suspiró, y aunque no lo aceptaba, en gran parte era por lo frustrante que le resultaba que casi todo se tornaba alrededor de Ares.

Pero en fin, ¿qué le iba a hacer? Nunca bastaría lo que se hablara de ella. Se hiciera lo que se hiciera.

¿Y quién era él para negarse? Él y Scott habían sido principalmente quienes le habían dado una voz a Ares a lo largo de los años.

Lo sano en ello aún era algo de cuestionarse entre sus respectivos psicólogos, pero ese día se cerraba un ciclo. Era lo que ocupaban, en el fondo lo sabían. Un proyecto estratosférico, con el que sintieran que le hacían justicia a la grandeza que Ares Stone simbolizó y simbolizaría hasta que la última persona que supiera su nombre muriera y cuya intención, era que precisamente eso no pasara al menos en ese siglo.

Phantasy // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora