Phantasy // COMPLETA

|ekatón triánta eptá|

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Capítulo centésimo trigésimo séptimo
Las Harris I
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—¡Kendra! ¡Al fin!— hasta alzó los brazos victoriosa la conductora apenas le indicaron que ya estaban al aire—. Obviamente estamos muy felices y emocionados de haber escuchado a quienes lo hemos hecho, pero tú fuiste de las pocas que se nos perdieron por así decirlo, y de las que más queremos saber punto por punto.

Kendra se reía, hasta se le hacían pequeñitos los ojos y se veía realmente preciosa. Lo hacía por nervios, claro, pero eso los demás no lo sabían.
Solo quizás su hija, y eso era porque entre ellas era imposible mentirse o intentar ocultarse cosas.

—Hola, soy la mamá de Dannaeh— sonrió ampliamente Kendra, agitando la mano. Luego procedió a reírse, y lo contagió un poco.

—Kendra Harris y Dannaeh Donnovan Harris, señores— habló Janett divertida—. No sólo la mamá de Dannaeh.

—Es la manera más bonita de resumirte mis últimos años— siguió Kendra con su gran sonrisa involuntaria—. Y mi actualidad. Soy la mamá de Dannaeh, ese es mi nombre desde que nació— casi se carcajeó ella.

—Cosas que pocas personas entienden— ladeó la conductora la cabeza, cediéndole la razón, divertida. Para luego incorporarse y pasar saliva rápido, pareciendo meditar sus palabras—. Todos sabemos la enorme bendición que llegó a tu vida cuando tenías diecinueve años, ¿no? Cuando diste a luz a esta niña preciosa... pero tú y muchos sabemos que antes de eso pasaron muchas cosas que, si bien tú nunca las hablaste directamente, quisiste que se dieran a conocer de otras maneras, así como estrellas fugaces, o chispazos, porque no sé explicarlo de otra manera... en el documental mencionaste mucho, incluso por la carta de suicidio de Ares supimos otros eventos para nada bonitos y demás, creo que me doy a entender. Cuéntanos de ti, antes de que tu vida cambiara.

—Directamente y sin rodeos— rió Kendra, nerviosa una vez más nerviosa—. Pues... pues. Las condiciones bajo las que nací todo el mundo las sabe, y si no pues, se las repito. Mi mamá era trabajadora sexual y quedó embarazada. No tengo idea de quién sea mi papá, ni ella tampoco. Nunca me he atrevido a preguntarle si realmente quería tenerme, y tampoco quiero saberlo ya, creo saber la respuesta.

—Dios, Kendra, empezamos muy fuerte.

—Tú lo pediste, así que...

—No, claro. Y sé que no es lo más fuerte que contarás. Solo está entrando en juego una vez más esto que muchas veces no te imaginas lo que ha atravesado una persona. Sigue, querida. Sigue.

—Mi mamá... pues, no sé cómo decirlo. Estaba ausente y presente al mismo tiempo. Sólo que la presencia no era quizá la más favorable para una niña— hasta ese momento, Kendra agachó un poco su mirada, y se le vio quizá hasta afligida—. Vivíamos en un departamento bastante decente, no puedo quejarme, la verdad. No tengo recuerdos de mis primeros dos años de vida, y no tengo a quién preguntarle por ellos. Todo lo recuerdo a partir de los tres. Sé que pasaba mucho tiempo sola, pero... estaba entrenada para ello. No digo que era como Matilda y cocinaba y eso, pero mal no estaba. Sabía qué hacer.

—Sabías qué hacer.

—Sí. Yo no sabía que estaba de vacaciones cuando empezó este estilo de vida por así decirlo. Desde donde recuerdo, cuando empecé a ser consciente de él, creo, es a lo que me refiero. Mi mamá siempre me despertaba en la mañana, las primeras veces me daba directamente desayuno. Yo siempre... la vi muy arreglada, ¿sabes? Ahora sé que es porque su trabajo se lo exigía, pero entonces para mí era como "wow, mi mami es una reina". Vigilaba que desayunara, y cerraba todas las puertas salvo el baño y mi habitación. Así que tenía libertad ahí junto con la sala y la cocina. Y era muy simple, mi mamá me decía que iba a ir a trabajar y que entonces tendría que esperarla ahí, siempre me decía que no le abriera a nadie porque ella tenía llaves, que no rompiera nada y que volvería a la hora de la comida. ¿La verdad? Pasaba todo el tiempo hasta que llegara viendo televisión. No fui una niña que jugara mucho, era ver la tele.