|dekatéssera|

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Capítulo décimo cuarto
De querer comerse el mundo y ser comido




-No me enorgullezco de mis actos, en serio. Sólo vivía el momento. Lo que tenía en frente. Pero siempre fui consciente de que no podía seguir así toda mi vida. Pero ser amigo de Ares Stone era como ser Dios en la tierra.








Quizá muchas cosas se hubieran evitado de los otros dos escuchar a Daniel, quien decía que lo mejor era quedarse en el penthouse, pedir botellas y tener una "fiesta privada".

Pero como siempre, eran Ares y Anthony los que le jodían para hacer otras cosas. Era algo que habían platicado desde el avión de Miami a Nueva York, así mismo, en ese preciso instante Daniel dijo que no le parecía prudente salir de fiesta.

Ares insistía en que necesitaba alcoholizarse y bailar no coreografías, y Anthony la secundaba, argumentando que necesitaban diversión.

No es la primera vez que salen de fiesta. En días y semanas normales, se juraba que el viernes era de antro, lo cual más que obvio era, nadie de Belcourt más que unos cuantos podían asistir debido a la mayoría de edad.

Aunque al siguiente día tuvieran que estar a las ocho de la mañana en la Academia, a clases "normales" o de preparatoria.

No es ningún secreto que los Stone pagaban para que nos dejaran pasar, fue un escándalo en la ciudad. Anthony y Daniel, pasaban por el simple hecho de estar con Area, así como Emma y James pasaban con Drake. De un fin de semana a otro, gracias a los alardeos de Joseph, toda la clase Master de Belcourt entraba, porque simplemente, eran de Belcourt.

Si empezaron a ir los demás, fue porque Joseph les contó, y como siempre, le convencieron de incluírles en sus planes.

Tal vez, realmente son buenos chicos, y sus hermanos nunca lo supieron porque no le dieron oportunidad. Preferían seguir pensando que el resto de los chicos de la clase se llevan bien con Joseph porque quieren conseguir cosas, ya que con Drake y Ares, no iban a conseguir nada.

Joseph es demasiado bueno, lo que le hace demasiado estúpido a veces.

Así como Daniel, es tan bueno que Ares y Anthony suelen arrastrarlo a todo. Deja de lado su criterio propio la mayor parte del tiempo, para hacer lo que Ares hace.

Fue así, como los tres terminaron en el recientemente reabierto Marquee. Ares pidió uno de los autos que papá tiene guardados en el hotel de Nueva York, condujo.

Cosa que su padre no sabe que ella sabe hacer.

Y ADA, son tan imbéciles, juntos creen tanto que pueden comerse el mundo, que no pensaron en que beberían.

-¡Este es el momento de mi vida en el que empiezo a pedirle a mi virgencita de la caridad que me cuide del solecito y me permita ver la luz del día una vez más!- gritó Anthony en el asiento del copiloto, en cuanto Ares arrancó el auto.

-¿Quieres callarte?- gruñe Ares, dejando el estacionamiento del edificio, mientras Anthony se persignaba-. Ya te había dicho que manejaras tú.

-Hey, relájate, ¡no pienso tocar este auto!- repuso él con las manos en el aire como si le hubieran apuntado con un arma-. No, no. En eso sí seré muy Daniel y te diré que no.

Ares se ríe.

-No pasa nada- rueda los ojos ella, divertida. Relajada.

-¡Ay!- del asiento de atrás, Daniel le grita a Ares, sacudiéndole el hombro.

Phantasy // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora