|ekatón dekatría|

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Capítulo centésimo décimo tercero
El desarrollo II: la fotografía
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—Una familia muy impresionante, incompleta...

—Incompletos tenemos desde hace años— musitó Joseph, con cierto coraje emanando de su voz.

Más allá de que eso le recordara que el corazón roto nunca se iba a ir... le enfurecía. Y muchísimo.

—A lo que me refería era a que no hay algunos miembros de ella aquí justo aquí, que sí podrían estarlo... oh, miren, justo iba a indagar por ella, llegando tarde pero llegando.

La cámara siguió la mirada de Janett que se desvió a uno de los túneles que daban acceso a invitados y a miembros del público. Espacio designado para público que ahora estaba siendo totalmente abarcado en un noventa por ciento por los implicados, la familia y sus derivados.

Dos mujeres llegaron al recinto junto con un niño tomado de la mano de una de ellas, de la que lo había tenido en el vientre. Aunque el pequeño estaba, sin duda, asustado y buscaba el refugio en cualquiera de las dos. No era un entorno al que estuviera acostumbrado. Ni en cuanto a personas ni en cuanto a contexto.

Pero había que cerrar capítulos. Y lo harían como familia. Familia a la que él pertenecía aunque irónicamente, no estaba muy familiarizado con ellos.

Y también por el simple hecho de que Sebastian no había aprobado el plan de Daphne que significaba un ganar-ganar. A su favor, por supuesto: no asistir a tal evento y quedarse a cuidar a los aún niños de la familia (cobrando a sus padres por ello).
Ganar-ganar, claro. Pero para ella.

Así que le rechazó eso y ahora todos estaban ahí.

Al menos Daphne tenía esa mentalidad que le enorgullecía a Sebastian.

Aunque bueno, sus edades eran lo menos compatibles posibles últimamente. Esa solo había sido una de las discusiones de la semana.

Al menos cada día faltaba menos para que Daphne se fuera a la universidad. Ella los contaba llena de desesperación.

—Esther, Esther— le llamó Janett en un chillido, a la llamada, su hijo le apretó la mano más fuerte. Todo eso, lo ponía muy nervioso. Estaba tenso como si estuviera viendo una película de terror—. Justo quería indagar en qué había pasado contigo, ¿puedes dejar que tu bello retoño se vaya con su otra mami y venir aquí?

Esther, si de por sí parecía no encantarle estar ahí pero se esmeraba en mantenerse lo más neutra posible, ahora no hizo esfuerzo alguno en ocultar que eso no le pareció.
Presentía que, solo quizá, ni siquiera le tocaba pasar a ella. No había llegado tan tarde. Que solo la presentadora quería empezar con el morbo de una vez, como si no le bastara.

—Oh— suspiró Esther, sintiendo la mirada de todos encima. Y con todos, ella sabía que iba más allá de las personas que estaban ahí en los mismos metros cuadrados gracias a las cámaras de televisión, cosa que le ponía tensa—. Yo tenía entendido que primero iban a hablar del proceso de la película y la película en sí, y luego se iba a ir familia por familia para... no sé para qué, para que se acaben los rumores y nos dejen en paz, quizá. No lo sé. Como sea, yo no tengo relevancia en el proceso de la película, los genios son ellos.

Ella tenía razón, en la logística acordada del programa.

Y también en que querían adelantar el drama.

—Bueno— suspiró la mujer de dudosa edad, derrotada, volviendo la vista a Joseph y Scott—. Siguiendo con el tema de ella, esto me recuerda a que hubo algunas personas que no quisieron colaborar en el documental, como la señorita en cuestión, ¿verdad?

Phantasy // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora