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Capítulo centésimo vigésimo tercero
La familia
.—Declaraciones más que fuertes.
Hubo una pausa, y la atención se fue a que evidentemente Regina se puso más nerviosa aún. Se arrancaba la piel de alrededor de las uñas con mayor facilidad y luego empezó a morderse las mismas uñas una vez que le empezó a quemar demasiado lo anterior.
Alexander rápido tomó la muñeca más cercana de su hermana y la hizo bajar el brazo mismo, por inercia, Regina hizo lo mismo con el otro brazo.
Scott por su parte, se miraba preocupadísimo.
—¿Algo que quieras decirle a tu hija?
—Claro, cosas privadas que no vamos a hablar aquí.
Scott habló tan cortante, que nadie se lo vio venir.
Quizá porque rara vez lo habían visto en su plan de papá protector. Nunca se había dejado ver así de manera tan pública.
El motivo principal era que, con redundancia, no tenía mucho que los mellizos eran un poco más públicos.
—Vete a sentar— le susurró a Regina, después de abrazarla.
—No he terminado la entrevista— musitó ella apenas.
—Pero no te está haciendo bien, yo no te voy a exponer a eso. Ya hablaste muchas cosas.
—Papá, déjame terminar.
Scott ladeó la cabeza, negando con sus expresiones faciales.
—Una entrevista y ya, ¿no?
Y bueno, él no le pudo argumentar nada.
—Pero te tomas tu pastillita.
—Está bien, está bien.
Scott se aclaró la garganta, y se acercó a la conductora rogando que por favor no se hubiera escuchado su conversación, más que nada, por seguridad de Regina.
—Corte y agua para mi hija sin decir una palabra de esto o nos vamos todos— le susurró también.
Ella tardó nada en mandar a un segundo corte comercial.
Y sí, efectivamente, más tardó Regina Prescott-Stone en pasarse la pastilla por su garganta que la producción en traerle una botella de agua.
Una vez que eso pasó y ella hizo sus ejercicios de tapping indicados por la psicóloga, se tomó un poco más de tiempo para calmarse y estabilizarse con los ojos cerrados intercalando todo con ejercicios de respiración. Ya después de eso, Scott se levantó por primera vez de su asiento desde que empezó el programa no sin antes estirarse, y luego le pidió a su hija levantarse.
—Está bien, dale dinero y a mí no— le dramatizó Alexander al ver eso, ganándose un manotazo en la frente por parte de su papá. Alexander, solo se rió e iba a ponerse a revisar el celular, cuando Drake le llamó desde la gradas.
A su vez, Regina y Scott fueron a la esquina más desolada posible del estudio.
—¿Cómo te sientes?
—Estoy mejor. Ya no hiperventilo...
La cara de preocupación del padre no se iba.
—¿Te he hecho sentir así alguna vez?
—¿Eh?
—¿Que si yo te he hecho sentir así alguna vez? ¿Como si fueras la sombra de tu mamá, su reemplazo?
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Phantasy // COMPLETA
Teen FictionLos Stone son una fantasía. No hay otra forma de describirlo: talentosos, exitosos, guapos, ricos, millones de seguidores en redes sociales y aclamados en muchísimas partes del mundo. Son la familia ideal, los hermanos e hijos perfectos. ¿Qué podrí...