CAPITULO II-LA RUEDA DE LA FORTUNA (PARTE II)

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Ryuzaki comía bombones con gesto de fastidio. Estaba furioso por haber perdido el partido de tenis. Odiaba perder. Pero lo que más le enfadaba de todo era el motivo de la distracción. Aquel segundo había hecho que dejara pasar una pelota sencilla, quizá la más sencilla del partido.

Aquella situación, esas sensaciones que experimentaba, estaban empezando a sacarle de quicio.

Se giró hacia las cámaras, donde se veía a Noa tumbada en la cama con las noticias de fondo, leyendo un libro de poemas.

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Light caminaba junto a Ryuzaki por los jardines de la universidad. Se lo había encontrado deambulando por los pasillos y le había sugerido ir a tomar un café. Mientras andaban, Light le observaba, intrigado.

-Bueno, Ryuga. ¿Y cuándo te presentarás ante Noa?

Ryuzaki le miró, como si no entendiera la pregunta.

-Me refiero, ¿no te presentarás ante ella como L, como hiciste conmigo?

-Si, claro. Esa es la idea.

Light empezaba a impacientarse, pero intentó disimular.

-Me refiero, ¿cuándo lo harás? ¿A qué esperas? Si sospechas de Noa, ¿no sería mejor que te plantaras ante ella cuanto antes, a ver si descubres algo?

-En este caso, creo que es mejor que permanezca a la sombra un poco más. Como te dije, estoy esperando algo.

-Si. Una chispa. ¿Qué se supone que quiere decir eso?

Ryuzaki le miró distraído, mientras se mordía el pulgar. En ese momento, Noa pasó a lo lejos, cargada de libros. Demasiados quizá. Andaba tambaleándose y con la espalda curvada por el peso. Al ver a Light le dedicó una gran sonrisa, casi con ternura, saludándole a duras penas con la mano. Parecía una niña pequeña dando la bienvenida a su padre a la vuelta del trabajo. Ryuzaki resopló, con gesto de fastidio.

-Que tierno, Yagami.

Un jaleo repentino prendió el patio del campus. Un joven bastante fornido agarraba del brazo a una chica que sollozaba. Él la gritaba, furioso. La gente a su alrededor los miraba y murmuraban, pero nadie se acercó.

En ese momento, una figura llegó hasta ellos. Era Noa. Había soltado los libros y de una carrera se había acercado en apenas segundos. Aprovechó el impulso que llevaba para asestarle un empujón al chico, haciendo que se tambaleara, aunque Noa era tan pequeña que estuvo a punto de caerse por el impacto.

La chica recobró la compostura y empezó a gritarle.

- ¿Qué coño haces, gilipollas? ¡No vuelvas a tocarla!

El joven se había sorprendido por el golpe, pero enseguida se irguió y se encaró con la chica.

-Eh, metete en tu vida. Esto es una conversación privada.

-¿Privada? ¡Le estás haciendo daño, cabrón!

Los insultos abultaban más que ella.

-Vete de aquí o...

- ¿O qué? ¿Me vas a pegar a mí también? Venga, ten huevos, acércate y te juro que no lo cuentas.

El chico la observó de arriba abajo, incrédulo, como si no se creyera sus amenazas. Sin embargo, se giró y observó al gentío cada vez más abundante que contemplaba la escena. Chasqueó la lengua y se fue sin decir nada, a grandes zancadas.

La chica empezó a sollozar más fuerte. Noa la abrazó.

-Tranquila, no pasa nada.

-Lo siento...no siempre es así...pero...

Death Note: Kerosene (L Lawliet x OC -COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora