CAPITULO XI-EL DIABLO (PARTE III)

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Había vuelto.

Después de 15 días inactivo, Kira había empezado a matar de nuevo. Matsuda, sin dudarlo ni un momento, encendió el interfono para contárselo al señor Yagami. Éste se sintió aliviado, aunque tenía claro que seguramente Ryuzaki no habría despejado sus dudas del todo.

Inmediatamente después, Matsuda hizo ademán de pulsar el intercomunicador de Noa y de Light.

- ¡No, Matsuda, estúpi...! Ellos no deben saber nada.

El chico apretó el interfono de Light.

-Light. Ya han pasado más de dos semanas y no ha muerto ni un solo delincuente. ¿Por qué no confiesas de una vez que eres Kira?

-Déjate de tonterías. Estás muy equivocado, Ryuzaki. ¡No lo soy!

El detective volvió a preguntar a Misa, pero también negó saber nada de Kira. Por último, pulsó el intercomunicador de Noa.

-Noa.

-Si...

-Sigue sin haber muertos. Esto deja claro que Light es Kira, ¿sigues negando tu participación como segundo Kira?

La chica suspiró.

-Si.

- ¿Por qué no nos cuentas qué viste en casa de Light la primera vez que le viste? ¿Por qué no admites qué viste...un shinigami?

Noa se rio, sin fuerzas.

-Un shinigami...

-Admite que viste algo cuando ese niño murió delante nuestra.

- ¿Sabes, Ryuzaki? Tú y yo tenemos algo en común...Y es que la muerte nos persigue.

Volvió a reírse.

-Shinigamis...Cielo, los shinigamis no existen.

El detective apartó la mirada. No entendía nada de nada.

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Pasaron quince días más.

Los asesinatos continuaban, pero Ryuzaki seguía negándose a liberarlos. Tanto Matsuda como Aizawa estaban llegando a un punto insostenible con el detective. No entendían sus motivos. ¿Qué pretendía conseguir? Estaba claro que Kira había vuelto a matar y que los tres chicos que estaban encerrados no habían tenido modo alguno de acabar con nadie.

Sin embargo, Ryuzaki parecía seguir sin tenerlo claro. Era como si continuara buscando un pequeño destello de luz en esa oscuridad, observando hora tras hora a los jóvenes que permanecían encerrados.

La situación de Noa era catastrófica. Los demás también presentaban un aspecto deplorable, pero el tema de la joven estaba llegando a un punto peligroso.

-Ryuzaki...si no la sacamos pronto de ahí le va a pasar algo malo. – Exclamó Aizawa. - Mírala, está enferma. No puede ni moverse.

-Ella es fuerte. No le va a pasar nada.

Lo decía casi como si estuviera intentando convencerse más a sí mismo que a los demás. En el fondo, Ryuzaki seguía dándole vueltas a la situación. Si Kira había vuelto a matar, ¿por qué no les liberaba?

Era como si algo dentro de sí le dijera que nunca podría estar bien con Noa hasta que sus dudas quedaran completamente despejadas. Y desde luego, no lo estaban. Ese pensamiento, ¿era egoísta? Seguramente sí. Pero ella misma había estado de acuerdo con su encierro.

Las horas fueron pasando y Ryuzaki se quedó a solas en el cuartel, mientras el resto se iban a descansar. Volvió a mirar a Noa.

La chica estaba sentada en la cama, abrazándose las rodillas con gesto de desamparo. Volvía a llorar.

Death Note: Kerosene (L Lawliet x OC -COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora