Death Note: Kerosene (L Lawliet x OC -COMPLETA)

CAPITULO III-EL JUICIO (PARTE V)

Noa se encontraba sentada en el sofá de la salita principal de casa de los Yagami. Estaba sola y era sábado por la mañana. La tele estaba encendida, pero ella tenía la mirada perdida. Pensaba en todo lo acontecido el día anterior en el hospital. Light era más despiadado de lo que se había imaginado. Se encontraba en medio de una situación que no le gustaba nada, y encima su cómplice resultaba cuanto menos inquietante. Pero ya no podía escapar. No había nada que pudiera hacer, más que dejarse llevar por la corriente y esperar que nadie inocente volviera a salir mal parado.

Mientras estaba enfrascada en sus pensamientos, Sayu entró por la puerta principal, seguida de un chico algo mayor que ella. Noa la observó. Se le veía feliz. Estaba claro que no se había enterado de lo de su padre. Al ver a Noa, se sorprendió.

-Ah, perdona Noa. Pensaba que estaríamos solos.

Noa los observó, algo inquieta. Sayu tendría unos quince años, pero el chico que le acompañaba era más mayor. Bastante más mayor. Noa le miró de arriba abajo, recelosa. No es que estuviera en contra de las diferencias de edad, pero aquel chico no le daba buena espina.

Sayu parecía nerviosa. Estaba claro que esperaba encontrarse a solas con el muchacho. Noa agradeció estar allí, o el cuartel de investigaciones habría tenido acceso a unas imágenes cuanto menos, incómodas.

-Ah...este es mi novio Aruki.

Noa asintió a modo de saludo. El chico respondió igual, pero la miró de arriba abajo. A la joven no le gustó nada esa mirada.

-Ah, Aruki, voy a preparar un té. Siéntate.

El muchacho no dijo nada y se limitó a sentarse. Noa se levantó y siguió a Sayu. Al otro lado del monitor, Ryuzaki observaba la situación. A él tampoco le había pasado inadvertida la mirada que el chico había dedicado a Noa. Es más, pudo ver cómo le miraba el trasero cuando abandonó la estancia tras Sayu.

En la cocina, Noa miraba a Sayu, muy seria.

-Es un poco mayor para ti, ¿no crees?

Sayu se sonrojó.

-No, no mucho. Además, lo importante son los sentimientos.

-Si, los sentimientos están muy bien. Pero ese chico seguro que tiene más experiencia que tú.

Sayu se giró, visiblemente molesta.

-Eso ya lo sé.

-Lo que quiero decir es que es posible que quiera cosas que tú todavía no quieras. Ten cuidado, por favor.

Sayu bajó la mirada, avergonzada.

-Por favor, vuelve a la sala y hazle compañía hasta que lleve el té. No quiero que se aburra.

Noa suspiró y salió de la cocina.

Se sentó en el sofá, a cierta distancia del chico. Él la miró.

-Sayu me ha dicho que eres de España, ¿no?

-Si.

- ¿De dónde?

-De Madrid.

-Uhm...ya.

El chico se acercó más a ella. Noa intentó ignorarlo, centrándose en la imagen de la televisión. Aún así, le habló.

-Creo que Sayu es demasiado joven para ti. No te gustan las de tu edad, ¿o qué?

-Uhm, claro que me gustan.

El chico volvió a mirarla.

-Puede que sí sea demasiado pequeña.

-Si. Mejor búscate una de tu edad.